El gobierno federal anunció que asumirá las labores de seguridad pública en el municipio de Iguala, en el sur de México, donde la policía local presuntamente atacó y desapareció a estudiantes.
El comisionado nacional de Seguridad, Monte Alejandro Rubido, informó que los policías municipales fueron desarmados por el Ejército y serán reemplazados por elementos de la recién creada Gendarmería para garantizar la seguridad y colaborar en la búsqueda de los estudiantes.
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En un mensaje a la prensa en el que no se permitieron preguntas, Rubido dijo que los policías municipales fueron enviados a un centro de capacitación y que se revisan sus armas para ver si las han usado en la comisión de actos delictivos.
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No precisó el número de elementos enviados por la Gendarmería, una nueva división de la Policía Federal anunciada en agosto.
Las autoridades localizaron el fin de semana seis fosas clandestinas con 28 cuerpos calcinados y se investiga si son de algunos de los 43 estudiantes del magisterio desaparecidos hace poco más de una semana.
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Hasta ahora se ha dicho que policías municipales de Iguala, vinculados a un cártel de las drogas, habrían sido los responsables de la desaparición de los alumnos de la Normal Rural de Ayotzinapa, de formación de profesores de educación básica.
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El anuncio del envío de la Gendarmería ocurrió horas después que el presidente Enrique Peña Nieto ordenara a su gobierno dar con los responsables y evitar que haya impunidad en los hechos de Iguala, localidad del estado sureño de Guerrero ubicada unos 200 kilómetros al sur de la ciudad de México.
El caso ha alertado a organizaciones internacionales de que sea un posible caso de ejecuciones sumarias.