Afectados por la crisis dejaron todo en su país y empezaron de cero. Mientras en 2014 se otorgaron 685 residencias definitivas, en 2016 la cifra llegó a 3.704.
“Siempre hay un miedo porque cuando uno sale del país que lo vio nacer, es como dar un paso al vacío”, confiesa Pablo Colmenares, uno de los inmigrantes venezolanos en Chile.
Consciente de que la situación en Venezuela podía empeorar, Pablo se marchó con el objetivo de darle un futuro mejor a su hija.
Ahora, junto a su esposa Marielse López y su pequeña, hace parte de la extensa comunidad de venezolanos en Chile.
Publicidad
Autoridades chilenas reconocen que este fenómeno se seguirá presentando, pues la cifra de inmigrantes se quintuplicó en comparación con otros años.
Vea, además: Venezuela dará a conocer sanciones contra EE. UU. el 1 de septiembre
Publicidad