
Víctor Stinfale, exabogado y amigo del exfutbolistaDiego Armando Maradona hasta sus últimos días, aseguró este martes, durante el juicio contra siete profesionales de la salud por la muerte del ídolo argentino, que los médicos "se preocuparon por la adicción de Diego y no se preocuparon por el corazón".
"Fueron a cuidar que Diego no tomara alcohol y se murió del corazón", declaró Stinfale, el primero de los testigos citados este martes a la decimoprimera audiencia del juicio por la muerte del exfutbolista, cuyas adicciones eran de público conocimiento.
El abogado cuestionó con dureza al equipo médico que estuvo a cargo de la internación domiciliaria de Maradona después de su última operación y hasta su muerte y señaló: "Que se haya muerto Diego porque no entraron a ver cómo le late el corazón y que esté todo hinchado, eso no está bien, me parece una bestialidad".
"En la teoría tenía un médico para esto, un médico para lo otro y (su médico de cabecera, Leopoldo) Luque que ayudara si los médicos no cumplían su objetivo. Con un poquito de eso creo que se hubiera salvado", agregó Stinfale, que asesoró a Maradona en cuestiones legales durante algunos años pero mantuvo luego una relación de amistad.
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"Yo escuché que un enfermero dijo que Maradona estaba en 110 de pulsaciones en reposo. Si eso es así, es una locura no internarlo, tenés que llamar a una ambulancia, un médico, algo", añadió el letrado, en referencia a la decisión, central en el juicio, de mantener al ídolo argentino en una internación domiciliaria en lugar de un centro médico.
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Stinfale señaló además que "no se hicieron bien las cosas" durante la internación domiciliaria y, en línea con otros testimonios sobre las condiciones y la falta de equipamiento médico disponible en la vivienda, enfatizó que "lo que se dijo, en la teoría no sucedió".
Maradona falleció el 25 de noviembre de 2020 mientras se recuperaba de una operación por un hematoma subdural en la cabeza.
La primera autopsia, efectuada por una junta médica, concluyó que el exfutbolista murió como consecuencia de un "edema agudo de pulmón secundario a una insuficiencia cardíaca crónica reagudizada".
Durante la audiencia de este martes, en el Tribunal de lo Criminal Número 3 de San Isidro -provincia de Buenos Aires-, se espera además la declaración de Dalma Maradona, una de las hijas del astro y que aún no ha brindado testimonio.
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Desde el fallecimiento de su padre, Dalma, al igual que el resto de los hijos del exfutbolista, ha sido muy crítica del accionar del equipo médico imputado en el juicio.
Además de Luque, son juzgados en este proceso la psiquiatra Agustina Cosachov, el psicólogo Carlos Díaz, la doctora y coordinadora de la empresa Swiss Medical, Nancy Forlini, el médico Pedro Di Spagna, el coordinador de enfermeros Mariano Perroni y el enfermero Ricardo Almirón.
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La enfermera Gisela Madrid también está procesada pero enfrentará un juicio por jurados, tal y como solicitó.
En este proceso, los jueces Maximiliano Savarino, Verónica Di Tommaso y Julieta Makintach deberán determinar si siete de los ocho acusados son culpables del delito de homicidio simple con dolo eventual , que tiene una pena máxima de 25 años de prisión.
En la audiencia del pasado jueves, tres médicos que atendieron a Maradona poco antes de su muerte aseguraron que la operación en la cabeza a la que fue sometido por indicación de Luque, era innecesaria. "El paciente tenía que seguir en observación, pero no operarse", dijo durante su declaración ante el tribunal el jefe de neurocirugía del sanatorio Ipensa, Guillermo Burry.
Maradona fue ingresado en el sanatorio Ipensa de la ciudad de La Plata (provincia de Buenos Aires) el 2 de noviembre de 2020. Allí le hicieron una tomografía computada que reveló un hematoma subdural que Burry describió como "pequeño, leve".
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Martin Cesarinni, neurólogo de Ipensa, aseguró que el astro "no demostraba un riesgo ni una emergencia quirúrgica".
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Según describieron los médicos, pese a la recomendación del equipo del sanatorio, Luque insistió en la necesidad de la cirugía y, sin la intervención de la familia, coordinó el traslado del exfutbolista a la Clínica Olivos, donde un día después, el 3 de noviembre, se le practicó la que sería la última operación antes de su fallecimiento.
Durante la audiencia del jueves declaró también Oscar Franco, médico cardiólogo del mismo sanatorio, que trató a Maradona dos meses antes de su muerte, y que afirmó que Luque se negó a realizar al exfutbolista un estudio cardiológico que "podría haber evidenciado un riesgo potencial".