Ahora son considerados “un riesgo para la seguridad” por sus lugares de origen, tras el endurecimiento de las políticas migratorias.
Son cientos las historias de extranjeros que han sido dados de baja de las fuerzas militares estadounidense por el endurecimiento de las políticas migratorias durante el gobierno Trump. Todos ellos se habían enlistado bajo un programa que les prometía ser estadounidenses sin tener que pasar por un periodo de residencia.
Es el caso de Alina Kaliuzhna, quien nació en Ucrania y quería ganarse la ciudadanía sirviendo al país que la acogió. “Pensé que la dedicación y el servicio que hacen era algo extraordinario. Yo quería hacer parte de eso”, afirma Kaliuzhna, expulsada del Ejército hace unos días.
Un caso parecido le ocurrió a Xing Lu, de origen chino: “Mi reclutador me envió un mensaje diciendo que fui dada de baja. Solo pensé: oh mi Dios, ¿cómo pasó eso? Planeé mi vida según el cronograma del Ejército y ahora me dicen que ya no estoy en el programa. No sé qué voy a hacer”, dijo.
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El programa de reclutamiento fue eliminado en 2016, sin embargo, el último año se han enlistado más de 5.000 inmigrantes en las fuerzas militares.