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Hucha, que ingirió el metal lanzado por visitantes a una fuente de la “buena suerte” en Tailandia, tenía la sangre envenenada.
La tortuga falleció este martes por complicaciones tras la operación para retirárselas. El animal, de 25 años de edad y que tenía el caparazón fracturado, fue enviado a principios de marzo a una clínica de Bangkok, donde los médicos descubrieron 5 kilos de monedas en su vientre.
Su historia dio la vuelta al mundo y Tailandia siguió con emoción su vuelta al agua tras la operación. Pero su salud empeoró de golpe poco después y hace dos días los médicos descubrieron que tenía la sangre envenenada.
"A las 10 y 10 se fue en paz", dijo el martes Nantarika Chansue, la veterinaria responsable del centro de investigación acuática del hospital de Chulalongkorn."Era mi amiga, mi maestra y mi paciente", afirmó con lágrimas en los ojos.
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La tortuga pasó dos décadas en un pequeño parque público de la provincia de Chonburi, donde los visitantes le lanzaban monedas, siguiendo una tradición tailandesa que dice que trae suerte y permite vivir tantos años como la tortuga.
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