El cuerpo celeste, que pasará cerca del planeta a las 20:59 GMT, tiene nueve veces el tamaño del Queen Elizabeth II, el transatlántico más grande del mundo y fue descubierto en 1998, de donde se deriva la segunda parte de su nombre.
La roca fue calificada por los científicos como "masiva y oscura" y de chocar con el planeta generaría una extinción global, dice un comunicado del organismo espacial norteamericano.
Sin embargo, la NASA aclara que el asteroide pasará a una distancia 15 veces mayor a la que nos separa de la Luna, es decir unos 5.8 millones de kilómetros, pero que es la primera vez que pasa más cerca, teniendo en cuenta que se acerca al planeta cada 15 años.
Su visita es muy bien recibida por los astrónomos, que ven en él una oportunidad única de obtener imágenes de alta resolución, conocer mejor sus características y hacer predicciones de cómo se moverá en el futuro.
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Los astrónomos insisten en que no hay posibilidad alguna de que el asteroide, que volverá a pasar cerca del planeta en el 2019, choque contra la Tierra.