El 97% de los votantes consultados a través de un plebiscito se mostró de acuerdo con la propuesta. Decisión de anexar queda en manos de Washington.
Los puertorriqueños que votaron en un plebiscito marcado por la abstención y boicoteado por la oposición opinaron a favor de la anexión a Estados Unidos, un resultado que el gobernador prometió defender en foros internacionales.
Unos 2,2 millones de electores puertorriqueños fueron llamados a elegir entre la anexión, la independencia o mantener el statu quo, en un plebiscito no vinculante para Washington sobre el futuro político de esa isla en bancarrota.
La anexión ganó holgadamente con 502.605 sufragios (97,2%), según el reporte de las 12:26 del lunes de la Comisión Estatal de Elecciones (CEE).
Pero la participación, con 99,4% papeletas escrutadas, fue de 23%.
Estos resultados eran previsibles dado el boicot de los partidos Independentista Puertorriqueño (PIP) y Popular Democrático (PPD), que consideraron la consulta "una farsa".
El gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló Nevares, anunció que acudirá "a los foros internacionales para defender el argumento de la importancia de que Puerto Rico sea el primer estado hispano de Estados Unidos".
El presidente del anexionista Partido Nuevo Progresista (PNP) manifestó que su gobierno luchará "en Washington y en el mundo entero" para lograr la anexión de esta isla del Caribe.
Pero sus opositores prometieron combatir estas iniciativas y consideraron que, con tal porcentaje de abstención, Roselló Navares y la anexión en realidad salieron derrotados.
"La inclusión de la colonia, ya rechazada por nuestro pueblo, desmovilizó a la mayoría del electorado que respondió al llamado al boicot como repudio a la humillación de proponer la colonia", dijo la vicepresidenta del PIP, María de Lourdes Santiago.
"Luego de malgastar millones de dólares de fondos públicos en un plebiscito amañado, inmoral y excluyente, el PNP ha sido víctima de su prepotencia, abuso de poder y narcisismo ideológico", acusó de su lado el senador del PPD Aníbal José Torres.
Los yanquis quieren fuego
Puerto Rico, Estado Libre Asociado a Estados Unidos desde 1952 aunque carente de poderes soberanos, se encuentra en la bancarrota fiscal con una deuda pública de 73.000 millones de dólares y una economía con una década de estancamiento.
El gobierno de Rosselló Nevares ha sido criticado por gastar 7,5 millones de dólares en la consulta, mientras ha cerrado este semestre 163 escuelas del sistema público con el alegado propósito de ahorrar fondos.
Los puertorriqueños son ciudadanos estadounidenses desde 1917, pero están impedidos de votar en las elecciones presidenciales o legislativas a menos que residan en Estados Unidos.
Tras conocerse los resultados, unas 500 personas opuestas a la realización del plebiscito se congregaron frente a la CEE y quemaron banderas estadounidenses al canto de "fuego, fuego, los yanquis quieren fuego".
Pero según el partido gobernante, la anexión o "estadidad" es la respuesta a la crisis financiera que padece la isla de 3,4 millones de habitantes.
Crisis fiscal
Puerto Rico lleva una década con su economía barranca abajo. La isla vivía de grandes empresas que se instalaban atraídas por las exenciones de impuestos, pero esos beneficios fueron abolidos en 2006 y comenzó la caída libre.
Hoy el 46% de sus 3,5 millones de habitantes vive en la pobreza.
El mes pasado, la isla cayó en la mayor quiebra de una entidad estadounidense. Washington supervisa sus finanzas, pero no muestra disposición a rescatar a Puerto Rico; entre otras cosas porque no es propiamente un estado de la Unión.
Rosselló promueve la estadidad porque "la inyección de dinero de parte del gobierno federal resolvería la crisis económica", dijo Edwin Meléndez, director del Centro de Estudios Puertorriqueños de la Universidad Hunter de Nueva York.
Pero "la mitad de la población, o más, piensa que esto no ocurrirá porque el Congreso es reticente a entregar más dinero", explicó.
Updated: junio 12, 2017 09:42 a. m.