La "cumbre de la reconciliación" se inició hoy oficialmente en la ciudad de Panamá con la presencia, por primera vez en el proceso de la Cumbre de las Américas, de todos los países del continente americano, tras el histórico reencuentro de los dirigentes de Estados Unidos y Cuba.
La VII Cumbre de las Américas, que será recordada como la "cumbre de la reconciliación", se inició oficialmente poco después de las 20.00 hora local del viernes (las 2.00 GMT del sábado) con el discurso de apertura del presidente panameño, Juan Carlos Varela.
Pero el verdadero inicio de la reunión de 34 jefes de Estado del continente americano (la presidenta chilena, Michelle Bachelet, se perdió la cumbre por las devastadoras inundaciones que han afectado el norte de Chile) se produjo poco antes cuando los presidentes de Estados Unidos y Cuba se estrecharon la mano.
El histórico momento entre Barack Obama y Raúl Castro se produjo ante el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, cuando los dos presidentes "coincidieron" antes de entrar en el teatro Anayansi de la capital panameña, donde se desarrolló la ceremonia de apertura de la VII Cumbre de las Américas.
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El encuentro fue breve pero "histórico", como recalcaron tanto Varela como Ban Ki-moon y el secretario general saliente de la Organización de Estados Americanos (OEA), José María Insulza, quienes hablaron en la ceremonia.
El mandatario panameño honró en su discurso "el coraje y la voluntad de los jefes de Estado y de los Gobiernos que han dejado a un lado sus diferencias históricas en búsqueda de acercamientos que traerán mejores días para sus pueblos y nuestro continente".
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Por su parte, Insulza, que se despide de la dirección de la OEA tras 10 años en el cargo, declaró entre un sonoro aplauso de los delegados presentes que "es la primera vez en la historia de las Américas que se reúnen en torno a la misma mesa los jefes de Estado y Gobierno de las 35 naciones" del continente.
Y el secretario general de la ONU también hizo hincapié en el mismo punto antes de señalar que "la presencia de los presidentes Obama y Castro en esta oportunidad, representa un deseo finalmente cumplido por muchos en la región".
El apretón de manos de hoy entre Obama y Castro ha sido un breve anticipo público al encuentro bilateral privado que mantendrán mañana los dos líderes y se produce sólo cuatro meses después de que ambos anunciaran de forma simultánea un acuerdo para el restablecimiento de relaciones diplomáticas.
La reconciliación entre los dos acérrimos enemigos de la Guerra Fría está oscureciendo de momento el creciente enfrentamiento que mantienen Washington y Caracas, que arreció cuando el mes pasado Obama decidió imponer sanciones económicas al régimen de Nicolás Maduro.
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Pero también, en otro hecho histórico en el continente, la región está dejando claro a Estados Unidos que no aprueba las medidas emprendidas por la administración de Obama.
Hoy, el canciller chileno, Heraldo Muñoz, que encabeza a delegación de su país en sustitución de la presidenta Bachelet, declaró que "la decisión de Estados Unidos de declarar que Venezuela es una amenaza a su seguridad nacional fue desafortunada".
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Muñoz añadió que "Chile y otros países hemos dicho claramente que lo importante son los principios. Y nosotros nos oponemos a sanciones unilaterales que contravienen el derecho internacional y la carta de las Naciones Unidas".
E Insulza, en declaraciones a Efe, expresó su satisfacción por la matización realizada por Obama, de que la declaración estadounidense de que Venezuela es una "amenaza" es sólo una cuestión técnica, lo que ha permitido, en la medida de lo posible, que no aumenten más las tensiones entre los dos países.
Quien no parece que esté dispuesto a dejar de presionar es el presidente boliviano Evo Morales quien, tras reunirse hoy con los delegados indígenas de la Cumbre de los Pueblos, la reunión alternativa a la VII Cumbre de las Américas, dijo que ni tiene planes para reunirse con Obama ni lo desea.
En su reunión con los indígenas del continente, Morales, el único presidente que ha acudido a la cumbre alternativa, acusó a Obama de utilizar sanciones económicas para intentar derrocar gobiernos de la región ya que ahora, el presidente estadounidense no puede hacer uso de "golpes de Estado" dirigidos desde Washington.
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Ciudad de Panamá