Una pasajera del vuelo 8501 de AirAsia se convirtió el jueves en la primera víctima del accidente cuyo cadáver es devuelto a su familia, uno de los muchos dolorosos reencuentros que quedan por llegar, mientras los equipos de búsqueda luchaban contra el viento y la pesada lluvia para encontrar a las más de 150 personas que siguen desaparecidas.
La identidad de Hayati Lutfiah Hamid fue confirmada por sus huellas dactilares y otros medios, dijo el coronel Budiyono de la Unidad de Identificación de Víctimas de Desastres de Java Oriental.
Su cuerpo, en un pulido ataúd oscuro cubierto con flores, fue entregado a su familia en una breve ceremonia en un hospital de la policía en Surabaya, la ciudad indonesia de donde despegó el avión. Un miembro de la familia lloraba mientras ponía sus manos sobre el féretro.
Después de que un clérigo musulmán dijese una oración por los muertos, el ataúd fue llevado inmediatamente a un pueblo y sepultado en una fosa con barro, siguiendo las directrices del islam que dicen que los fallecidos deben enterrarse con premura. Un imán pronunció una sencilla oración ante unas 150 personas reunidas bajo la llovizna, y los asistentes depositaron flores rojas sobre el montículo de tierra húmeda con una pequeña lápida blanca.
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El vuelo 8501 se estrelló el domingo en el mar de Java con 162 personas a bordo. Hasta el momento se han recuperado nueve cadáveres, incluyendo dos el jueves. Los cadáveres son trasladados a Pangkalan Bun, la localidad más próxima en la isla de Borneo, antes de llevarlos a Surabaya, la segunda ciudad más grande de Indonesia.
En el momento más intenso de la temporada de lluvias en Indonesia, el clima ha impedido con frecuencia que helicópteros y buzos pudiesen trabajar mientras que las fuertes corrientes han mantenido los restos en movimiento.
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La marina de Singapur envió un vehículo submarino no tripulado capaz de rastrear el fondo marino en un intento de localizar los restos de la aeronave y las "cajas negras" que son importantes porque son las grabadoras con la información de vuelo y de las voces de la cabina.
Más barcos, principalmente de Indonesia, peinan la zona con equipo de detección de alta tecnología. También participan en la búsqueda aviones provistos con detectores de metales.
Estamos "centrados en encontrar el cuerpo del avión ", dijo el portavoz de la fuerza aérea Indonesia, el mariscal Hadi Tjahjanto a periodistas. "Había algo parecido a una sombra oscura que vimos una vez desde un avión, pero aún no se ha probado que sea el fuselaje".
Mediante imágenes de sonar se ha identificado lo que parecen ser partes grandes del avión.
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"Es posible que los cuerpos estén en el fuselaje", dijo el vicemariscal del aire Sunarbowo Sandi, coordinador de búsqueda y rescate en el poblado de Pangkalan Bun. "Así que ahora es una carrera contra el tiempo y contra el clima".
Cuánto más se prolongue la búsqueda, más se descompondrán los cuerpos y se esparcirán los restos.
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El experto aeronáutico Geoffrey Thomas en Australia dijo que hay altas posibilidades de que el avión golpeara contra el agua y quedara en su mayor parte intacto, debido a lo cual muchos pasajeros fallecidos continuarían en el interior.
Agregó que los cadáveres recuperados podrían haberse salido por una abertura en el fuselaje.
"Sin embargo, la mayoría de los pasajeros todavía tendrían sus cinturones puestos, en particular cuando el avión transcurría por mal tiempo. El capitán habría mantenido el aviso de que todos tuvieran sus cinturones puestos".
Los cadáveres fueron recuperados en una zona frente a la costa de la isla de Borneo, a unos 160 kilómetros (100 millas) del sitio donde fueron avistados por primera vez.
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Aún se desconoce qué derribó el avión cuando estaba a medio camino de su vuelo de dos horas entre Surabaya y Singapur. La última comunicación indicaba que los pilotos estaban preocupados por las condiciones climáticas. Pidieron permiso para volar encima de nubes de tormenta, pero les fue negado por el elevado tránsito aéreo. Cuatro minutos después, el avión desapareció del radar sin emitir una señal de emergencia.
Casi todos los pasajeros eran indonesios, y muchos eran cristianos de ascendencia china. El país es predominantemente musulmán, pero hay importantes núcleos de población con otras religiones dispersas por el extenso archipiélago.
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