Volando día y noche, sin provocar "ruido ni contaminación", ni utilizar otro combustible que no fuera la energía del Sol, el avión Solar Impulse 2 (SI2) completó este martes su histórica vuelta al mundo, una hazaña que abre nuevas perspectivas tecnológicas.
"Es algo tan apasionante" volar a bordo de un avión que "no hace ruido" y no provoca "contaminación", declaró a la llegada a los periodistas el explorador y medico suizo Bertrand Piccard de 58 años e hijo y nieto de una familia de científicos y aventureros, quien pilotó el último tramo.
"Se cree que se trata de ciencia ficción, pero es la realidad de hoy", añadió.
"Quisiera que recuerden algo: más que un logro de la aviacion, Solar Impulse 2 es un logro en la historia de la energía. Hay soluciones. Hay tecnologías. No aceptemos que el mundo sea contaminado sólo porque la gente tiene miedo de pensar de otra forma", destacó Piccard.
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"El futuro es limpio. El futuro es de ustedes. El futuro es ahora. Vayamos más allá" dijo al desembarcar del avión Piccard, cuyo abuelo fue el primer hombre en llegar a la estratósfera y su padre el primero en alcanzar el punto mas profundo de los océanos.
Al pie del avión aguardaba a Piccard su compañero en esta histórica aventura, el piloto suizo André Borschberg, de 63 años.
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La aeronave aterrizó este martes en Abu Dabi a las 4:05 GMT y completó la última etapa de su histórico periplo alrededor del mundo utilizando al Sol como única fuente de energía. El avión había despegado para la 17ª y última etapa el domingo desde Egipto.
A pesar de la hora, una multitud se congregó en el aeropuerto Al Bateen -reservado a vuelos privados-, recibiéndolo con gritos y aplausos.
Día histórico
Para esta etapa de 2.763 km al Solar Impulse 2 empleó 49 horas de vuelo ininterrumpido, cargando durante el dia con sus paneles solares las baterías a bordo para seguir volando al caer la noche.
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El secretario general de la ONU Ban Ki-moon expresó su "profunda admiración" por esta iniciativa.
"Es un día histórico no sólo para ustedes pero también para la humanidad", agregó Ban en una conversación con Piccard horas antes del aterrizaje y transmitida en directo.
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Por su parte, el príncipe Alberto de Mónaco, uno de los padrinos de la expedición, presente a la llegada, destacó que "no se trata del fin de un periplo, sino del comienzo de una nueva era".
El Solar Impulse 2 habia partido de Abu Dabi el 9 de marzo de 2015 para iniciar la vuelta al mundo.
Con un peso de tonelada y media, tan ancho como un Boeing 747, Solar Impulse 2 vuela gracias a unas baterías que almacenan la energía solar captada por unas 17.000 células fotovoltaicas en sus alas y en el dorso de su fuselaje.
El avión vuela en general a algo menos de 50 km/h, aunque puede duplicar su velocidad cuando está expuesto al Sol plenamente.
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Llegó a El Cairo el 13 de julio después de despegar de la ciudad andaluza de Sevilla (sur de España), tras recorrer 3.745 km en 48 horas y 50 minutos.
Piccard realizó previamente la etapa transatlántica, de 71 horas y 8 minutos, entre Nueva York y la capital andaluza (6.765 km).
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Temperaturas altas
Desde el principio de la aventura, el avión fue pilotado en alternancia por Borschberg y Piccard.
"Estábamos un poco ansiosos con el tema de las condiciones meteorológicas, sobre todo las temperaturas en esta región del mundo, cercanas a los límites que nos fijamos para el avión", explicó Borschberg desde el centro de control del avión en Mónaco.
Piccard ha cruzado dos veces el Atlántico en globo.
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En su periplo alrededor del mundo el avión hizo escala en Mascate (Omán), Ahmedabad y Benarés, (India), Mandalay (Birmania), Chongqing y Nankin, (China), luego en Nagoya (Japón) y Hawái (EEUU), donde efectuó una escala técnica imprevista de varios meses.
De allí siguió hasta San Franciso y atravesó América del Norte haciendo en escala en Phoenix, Tulsa, Dayton, Lehigh Valley y Nueva York.
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La travesía del Pacífico, en dos etapas, era la parte más peligrosa por la gran distancia de los puntos de aterrizaje en caso de problemas.
En el transcurso de la primera parte de esta gran travesía oceánica, entre Nagoya y Hawái, Borschberg pilotó cinco días y cinco noches para recorrer 8.924 km.