Las imágenes del joven generaron profunda molestia entre cubanos dentro y fuera de la isla y una avalancha de críticas en las redes sociales.
La molestia vino incluso desde el mismo entorno del muchacho. Uno de sus tíos lo llamó “papa podrida”.
Sandro Castro aseguró en redes sociales que eso que dijo fue en broma y que el carro del que alardeaba no era suyo, y pidió excusas si “alguien lo malinterpretó”.
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Es la primera vez en 60 años que un miembro de la familia Castro ofrece una disculpa por su comportamiento.