Se trata de un exmilitar despedido de la Fuerza Aérea tras haber sido juzgado por agredir a su esposa e hijo. Autoridades creen que se suicidó cuando era perseguido.
Devin Patrick Kelley era perseguido por dos hombres en una camioneta cuando su auto se estrelló con el borde de la carretera y el responsable policial piensa que fue en ese momento en que el hombre se suicidó.
"En este momento creemos que él tenía una herida autoinfligida por arma de fuego", explicó el sheriff Joe Tackitt a la cadena CBS.
Kelley era entonces perseguido por un ciudadano armado que lo vio salir de la iglesia tras el tiroteo y que "paró a un camión y dijo (al conductor): 'necesito ayuda, este hombre tiroteó la iglesia: síguelo", añadió Tackitt.
El hombre blanco de 26 años, vestido completamente de negro y que portaba un chaleco antibalas, abrió fuego con un fusil contra las personas que asistían al servicio religioso de la Primera Iglesia Bautista de Sutherland Springs, una localidad rural de unos 400 habitantes: 26 personas murieron.
Kelley es un exmilitar despedido de la Fuerza Aérea tras haber sido juzgado por una corte marcial en 2012 por agredir a su esposa e hijo. Fue sentenciado a 12 meses de confinamiento y recibió una baja por "mala conducta".
Vivía en la periferia de San Antonio, una de las principales ciudades de Texas y ubicada a unos 50 kilómetros del lugar de la masacre.
¿Qué encontraron en el vehículo?
Múltiples armas fueron encontradas en este carro, que fue procesado por expertos en explosivos.
"Tenemos varias escenas de crimen. Tenemos la iglesia, afuera de la iglesia. Tenemos el lugar donde fue localizado el vehículo del sospechoso", dijo Martin.
"La tragedia se profundiza por el hecho de haber ocurrido en una iglesia, un lugar de adoración, donde estas personas fueron baleadas", dijo de su lado el gobernador de Texas, Greg Abbott, advirtiendo que la cantidad de fallecidos podría aumentar.
Heridos fueron llevados a varios hospitales con "heridas que van desde menores a muy severas", detalló Martin.
Entre los muertos está la hija de 14 años del pastor Frank Pomeroy, dijo el líder de la iglesia a ABC News.
Annabelle Renee Pomeroy "era una muy hermosa y especial niña", aseguró su padre, que estaba ausente al momento de la masacre y volvía por carretera a Texas.
Entre las víctimas, algunas evacuadas en helicóptero, está un niño de seis años llamado Rylan, que era operado tras recibir cuatro disparos, según dijo su tío a CBS News. Otro pequeño de dos años también fue herido de bala, reportó un diario local.
En la noche del domingo hubo una vigilia en honor a las víctimas.
"Tenemos roto el corazón. Nos congregamos, unimos nuestras fuerzas (...) A través de las lágrimas y nuestra tristeza permanecemos fuertes", dijo Trump, que también ordenó que las banderas ondeen a media asta en la Casa Blanca y edificios federales.
El presidente insistió en que "es un poco pronto para abordar el tema", al ser consultado por los pedidos de que aumente el control de armas en el país. Pero prometió "apoyo total" de su gobierno a la investigación.
Como en tantos otros tiroteos, los demócratas aprovecharon para renovar los llamados al control y regulación de las armas de fuego, un tema candente en un país que considera casi sagrado el derecho a portar armas.
Denunciando un "acto de odio", el expresidente Barack Obama declaró: "Que Dios nos conceda a toda la sabiduría de preguntarnos qué medidas concretas podemos tomar para reducir la violencia y las armas entre nosotros".
Esta nueva masacre ocurre a un mes del tiroteo en que un atacante abrió fuego desde una habitación de hotel de Las Vegas matando a 58 personas e hiriendo a cerca de 550, de una multitud que asistía a un concierto. Fue el más mortífero en la historia reciente del país.
Hace poco más de dos años, Dylann Roof, un supremacista blanco, asesinó a nueve parroquianos en una histórica iglesia de Carolina del sur.
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Updated: noviembre 06, 2017 03:42 p. m.