Una madre, de 33 años, fue acusada de matar a sus tres hijas en un hecho que ha generado conmoción en Grecia. La mayor de las niñas, Georgina, falleció en un hospital de Atenas y la mujer, que reside en la ciudad de Patras, aseguró ante el juez ser inocente y acusó al centro médico de haber causado la tragedia.
La señalada llegó al juzgado con chaleco antibalas y rodeada por un fuerte dispositivo policial, desplegado para protegerla de los insultos y empujones de las decenas de ciudadanos que se habían concentrado ante el tribunal seguros de tener ante sí a una triple asesina. "Asesina", "muérete", "mataste a los niños" fueron algunos de los gritos que se podían escuchar.
La mujer, acusada de homicidio doloso, fue arrestada el miércoles pasado después de que los análisis toxicológicos de su hija Georgina revelaron la presencia de una dosis mortífera de ketamina en su organismo, un anestésico que no le administraron los médicos, como recalcó el hospital infantil tras escuchar que la madre los responsabilizaba de la muerte.
La niña de 9 años ingresó en abril de 2021 con síntomas de espasmos y poco después sufrió un paro cardíaco.
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A finales de enero pasado, Georgina murió en su habitación del hospital y la única persona que se encontraba con ella durante al menos 30 minutos antes de que falleciera era su madre, según los testimonios de médicos y enfermeros, que además constataron a posteriori una serie de comportamientos extraños de la mujer.
Según los médicos, la ketamina actúa en un período de tiempo entre 5 y 15 minutos en el cuerpo humano.
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Después de su arresto, varias decenas de residentes furiosos se reunieron afuera de su casa en Patras, donde se encontraban los padres y la hermana de la madre acusada de matar a sus tres hijas, algunos de ellos pidiendo colgar a la mujer, lo que obligó a la policía a intervenir y al portavoz del Gobierno, Yannis Ikonomu, a pedir “calma” y “confiar en las autoridades”.
Este lunes pasaron a disposición de la Fiscalía de Atenas los expedientes sobre las muertes de las otras dos hijas de la capturada: Irida, de 6 meses, que falleció en marzo de 2021 aparentemente de un defecto cardíaco, y Malena, de 3 años, que pereció de insuficiencia hepática en 2019.
Además de ser acusada de matar a sus tres hijas, se abrió una investigación preliminar por el fallecimiento de la dueña de la casa donde vivía la familia.
La mujer, de 69 años, murió en septiembre de 2020 y vivía en otra planta del mismo edificio. Según los medios locales, la presunta asesina la había estado cuidando porque estaba delicada de salud y a cambio la casera no les cobró durante un tiempo alquiler. Finalmente, volvió a reclamar el arriendo, lo que llevó a un deterioro de la relación.
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La investigación de las autoridades se centra ahora en averiguar cómo la mujer pudo adquirir una cantidad tan grande de ketamina, con el fin de descubrir si existen además otras personas involucradas en el caso.