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Mujer policía amamanta en Acapulco a bebé que no había comido en dos días

La uniformada reaccionó así cuando una madre se le acercó para pedirle ayuda porque no tenía leche para brindarle al niño y tampoco había encontrado comida en Acapulco, donde 48 personas han muerto por el devastador paso del huracán Otis.

Mujer policía amamanta en Acapulco a bebé que no había comido en dos días
La madre le agradeció a la mujer policía que le brindó ayuda en Acapulco -
Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México

En medio de la destrucción que causó el huracán Otis en Acapulco, donde los muertos ya ascienden a 48 y la situación es crítica por los daños que provocó el fenómeno natural, se conocen noticias esperanzadoras. Una mujer policía amamantó a un bebé que no había comido en dos días.

Fue la Secretaría de Seguridad de la Ciudad de México quien compartió las conmovedoras imágenes.

Según informó la entidad, la mujer policía, identificada como Arizbeth Ambrosio, llegó a Acapulco con otros miembros de la Fuerza de Tarea Zorros para brindar ayudar a las personas damnificadas por el huracán Otis.

En la avenida Adolfo López Mateos, la uniformada fue abordada por una madre “que se encontraba desconsolada y llevaba en brazos a su hijo. Al borde del llanto le platicó a la oficial que el menor no había probado alimento en más de dos días, ya que carecía de este, además de que su búsqueda para conseguir comida no había tenido resultados favorables”, detalló la Secretaría de Seguridad.

Fue así como la policía, que es madre de familia, le pidió permiso para que le permitiera amamantar al bebé de 4 meses.

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La uniformada buscó un lugar, se acomodó de la mejor manera para poder alimentar al bebé que con mucha hambre recibió el alimento que le fue proporcionado por la integrante de la SSC. Luego de unos minutos y al ver que el menor estaba satisfecho, la ciudadana agradeció el apoyo y bondad de la mujer policía”, concluyó la entidad.

Aumentan muertes en Acapulco


Se elevaron a 48, luego de que se confirmaron cinco personas fallecidas en Coyuca de Benítez, vecino de Acapulco (sur). Este es el primer balance que se conoce de municipios limítrofes con este puerto turístico, con cerca de 780.000 habitantes y donde se contabilizan el resto de los decesos y la mayoría de los daños materiales.

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Un comunicado del gobierno federal detalla además que la cifra de desaparecidos disminuyó a 6 después de que el estado de Guerrero, donde se localiza el balneario, informara que eran 36.

La Cancillería informó de su lado que se han localizado a salvo a 263 extranjeros que estaban en el puerto al momento del huracán, entre ellos 34 estadounidenses, 18 franceses y 17 cubanos. Todos han dejado Acapulco.

El recuento de las víctimas ha sido lento luego de que el ciclón colapsó las telecomunicaciones y el servicio de energía eléctrica, que se han ido restableciendo gradualmente el fin de semana.

Reclamos de ayuda en Acapulco


El huracán Otis, que llegó la madrugada del miércoles como categoría 5, la máxima de la escala Saffir-Simpson, dejó además una ola de destrucción en esta ciudad, que vive del sector turístico, prácticamente en ruinas.

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"Estamos avanzando en la distribución eficiente de la ayuda humanitaria, brindar los apoyos pertinentes y avanzar en la restauración de los servicios", informó en X (antes Twitter), Evely Salgado, gobernadora de Guerrero.

Luego del paso de Otis, comercios y supermercados fueron saqueados por pobladores, desesperados por tener alimentos y agua, aunque también se registraron robos de distintos artículos.

La ayuda del gobierno y de organizaciones privadas empezó a ser distribuida la tarde del viernes, luego de que se habilitara el aeropuerto de Acapulco y se agilizara poco a poco el tránsito en las carreteras.

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Sin embargo, el proceso es lento y en varios sectores vecinos exigen ayuda y se organizan para limpiar los destrozos de sus comercios y casas.

"No hemos visto nada de las autoridades, que nos vengan a apoyar", dijo a la AFP Miguel Antraca, de 60 años y quien acudió a una zona de playa a ver su pequeño comercio en ruinas.

Ha vivido otros ciclones, pero nada como esto. "Esto es un desastre, jamás había sucedido esto, antes eran más pequeños los huracanes", dice.

Contrario a todos los pronósticos y rompiendo récords, Otis pasó de tormenta tropical a un poderoso huracán categoría 5 en un lapso de unas seis horas poco antes de tocar tierra.

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Habitualmente unas 24 horas bastan para que se protejan comercios, casas, hoteles y los pobladores se hagan de alimentos y agua, pero lo sorpresivo de este huracán tomó desprevenidos a meteorólogos y autoridades.

En la misma zona, Eva Luz Vargas, 45 años, se sumó a los vecinos para recoger los destrozos. Por momentos luce animada, pero su voz entristece al pensar en el mañana pues ella vende a los turistas y su esposo es pescador.

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"Queremos que nos ayude el gobierno porque la verdad todo está muy feo", dice.

El gobierno federal contabilizaba hasta la tarde del domingo más de 273.000 viviendas, 600 hoteles y 120 hospitales con distintos daños mientras que doce carreteras y caminos seguían obstaculizadas por desechos.

El balance añade que se ha restablecido la energía eléctrica para más de la mitad de la población.

Según la consultora Enki Research, especializada en fenómenos naturales, Otis deja daños por unos 15.000 millones de dólares.

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