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Impresionantes imágenes de destrucción en Acapulco por huracán Otis: "No hemos comido nada"

El afamado puerto turístico de Acapulco sufrió la furia de Otis, que tocó tierra en categoría 5 con vientos de hasta 276 kilómetros por hora. Familias buscan por todos los medios contactar a sus seres queridos.

Impresionantes imágenes de destrucción en Acapulco por huracán Otis: "No hemos comido nada"

Al menos 27 muertos, cuatro desaparecidos, hoteles y comercios parcialmente destruidos y comunidades sin luz e incomunicadas es el saldo que deja el paso del huracán Otis por el puerto mexicano de Acapulco, donde una multitud se ha lanzado a saquear supermercados en busca de agua y alimentos.

Este es el primer reporte de víctimas, dado que la zona afectada había estado prácticamente incomunicada desde las primeras horas del miércoles 25 de octubre, cuando el fenómeno golpeó al Pacífico mexicano como huracán 5, la máxima categoría de la escala Saffir-Simpson.

"Se recibió el reporte del gobierno del estado y del municipal de 27 personas fallecidas y cuatro desaparecidas", dijo este jueves la secretaria de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez, durante la conferencia de prensa presidencial.

El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que los fallecidos son "básicamente en Acapulco" y que tres de los desaparecidos son militares.

"Quienes perdieron la vida fue por el efecto del huracán", dijo al detallar que los vientos derrumbaron árboles y postes y dañaron viviendas, además de que casi la mitad del puerto seguía sin electricidad.

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Ludwing Reynoso, secretario de Gobierno del estado de Guerrero (sur), detalló que la mayoría de los fallecidos fueron arrastrados por algunos de los cauces que cruzan esta ciudad de cerca de 780.000 habitantes.

Las calles del puerto, que vive esencialmente del turismo, estaban abarrotadas desde el mediodía de este jueves con gente que miraba asombrada los daños.

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Una multitud se lanzó a supermercados, derribaron sus puertas y empezaron a tomar todo lo que tenían a la mano sin que personal de los comercios y autoridades lo impidieran, constató la AFP.

"Vamos a sobrevivir como podamos", justificó Emilio García, un pensionado de 65 años, ante el saqueo de tiendas.

"La desesperación que en un primer momento se da se entiende, pero no puede ser sistemático", dijo Reynoso al detallar que preparan un operativo de seguridad para prevenir estos actos.

Aunque las comunicaciones telefónicas empezaban a reanudarse, son inestables y amplios sectores todavía siguen incomunicados. La autopista del Sol, la vía más rápida desde Ciudad de México, fue reabierta al tránsito.

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En Acapulco hay además empobrecidas comunidades que viven en cerros, en casas de viviendas de materiales frágiles. Reynoso reportó que ahí se han registrado sobre todo daños materiales.

Redes de comunicación
Una de las principales avenidas del puerto amaneció cubierta de lodo mientras decenas de personas, muchas con maleta en mano, caminaban ante la ausencia de transporte público y taxis.

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Para José Luis Flores, de 72 años y residente de la estadounidense San Diego, las vacaciones se convirtieron en una "tragedia".

"Estamos desorientados, no tenemos comunicación con nuestros hijos. No tenemos señal, andamos buscando señal, energía. No hemos comido nada", aseveró.

Algunos de los pobladores se detienen con equipos de prensa para pedirles que les dejen hacer una llamada a familiares o que les envíen un mensaje de que se encuentran a salvo. "Blanca Smith está bien", reza un mensaje pintado en la pared de un hotel que sufrió severos daños.

En aplicaciones de mensajería de teléfonos celulares se han creado grupos a fin de que participen aquellos que buscan tener noticias de los suyos, aunque muchos estaban ya saturados.

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Televisoras locales permiten que las personas se coloquen ante la cámara para enviar mensajes o difunden el contenido de los grupos de chats en los que los usuarios suben imagen y datos de sus familiares a los que buscan.

Miembros del Ejército desalojaban el fango y los escombros de las avenidas costeras, mientras las calles para entrar y salir de Acapulco registraban al mediodía un tráfico intenso con áreas obstaculizadas.

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Punta Diamante, la zona más lujosa y moderna del puerto y donde se erigen hoteles y edificios de departamentos, es una de las más afectadas, con las paredes de varios pisos derribadas.

La ocupación turística de Acapulco, con unos 20.000 cuartos de hotel, estaba al 50%, según autoridades. El gobierno estatal informó que 80% de los alojamientos sufrieron daños y que han dispuesto unos 40 autobuses para hacer traslados gratuitos.

El aeropuerto permanece cerrado, pero se busca habilitar la pista para establecer un puente aéreo y llevar ayuda. Las aerolíneas han ofrecido trasladar a los turistas desde Zihuatanejo, localizada a 225 kilómetros.

Fenómeno inédito
López Obrador reconoció que el impacto de Otis, el más poderoso huracán que ha golpeado a Acapulco, fue sorpresivo.

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"No tiene precedente en el país en los últimos tiempos (...). Fue muy desastroso lo que padeció Acapulco (...) la gente se protegió, por eso afortunadamente no fueron más las desgracias", dijo.

En unas seis horas, y contra todos los pronósticos meteorológicos, el fenómeno pasó de tormenta tropical a un catastrófico huracán categoría 5, obligando a autoridades a acelerar las medidas de prevención en Guerrero, que en 1997 fue golpeado por Paulina con saldo de más de 200 muertos.

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Por sus amplias líneas costeras en el Pacífico y el Atlántico, México es uno de los países más vulnerables al embate de huracanes.

Otros dos huracanes han golpeado al Pacífico mexicano durante octubre: Norma, que dejó tres muertos en Sinaloa (noroeste) y Lidia, con dos fallecidos en Jalisco y Nayarit (oeste).

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