En lugar de aliviar a Blacky, hizo que sufriera más. Tuvieron que sacrificarlo.
Denise Smith, de 58 años, tenía una mascota que sufrió una herida en una de sus patas. Se le hizo fácil recurrir a la medicina tradicional y usó miel de manuka en la extremidad del minino para que se recuperara.
La cura salió peor que la enfermedad, pues Blacky desarrolló un cáncer y tuvieron que amputarle la pierna. Pero eso no es todo. Tuvo un tratamiento veterinario, aunque ya no había nada qué hacer: el gato fue sacrificado.
La Corte de Wellingborough, Inglaterra, determinó que ella había causado un sufrimiento innecesario al animal. El miembro de una asociación animal resaltó que de la pierna solo quedaba el tendón.
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Esta miel de manuka, se dice, tiene propiedades curativas y es comercializada como tal en internet. Sin embargo, causó más sufrimiento a Blacky.
Con la multa de casi 700 euros y un año sin poder tener un gato esperan que Denise aprenda la lección.
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