Martina no solo recibió el órgano de otra pequeña de 12, que falleció la semana pasada, sino que presenció en el hospital la boda de sus padres.
Aunque ya había sometida a un trasplante cuando tenía solo un año, tuvo que enfrentarse a otra cirugía en Chile.
Dos días después de la intervención y a pesar de su delicada condición, presenció en el cuarto del hospital la solada boda.
Sus papás la vistieron para la ocasión, con velo de novia incluido.
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La donante
Francisca, la pequeña que donó su hígado, también benefició a otro niño de 14 con un riñón.
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También se espera que, con sus órganos, ayude a otras tres personas con la donación de sus dos córneas y el segundo riñón.