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“No tengo ni un hueso de racista en mi cuerpo”: Trump

“No tengo ni un hueso de racista en mi cuerpo”: Trump

El presidente de Estados Unidos negó así que sus comentarios contra cuatro congresistas demócratas, pertenecientes a minorías, fueran discriminatorios.
Luego de haber aconsejado el fin de semana a estas cuatro congresistas demócratas que "regresen" a sus países de origen, el presidente intensificó sus ataques el lunes, y el martes negó que sus comentarios fueran racistas.
Trump atacó a Alexandria Ocasio-Cortez (representante de Nueva York, de origen puertorriqueño), Ilhan Omar (de Minnesota, estadounidense nacida en Somalia), Ayanna Pressley (una legisladora negra que representa a Massachusetts) y Rashida Tlaib (de Michigan, de ascendencia palestina).
Estas cuatro legisladoras, que llegaron a la Cámara a principios de 2019, son apodadas "El escuadrón" por algunos medios, en tanto destacan por su intensa actividad en las redes sociales y por posiciones escoradas hacia la izquierda.
Trump se aferró a su estrategia de alimentar la controversia que él mismo lanzó y en la mañana del martes reiteró su mensaje a las congresistas: "Si no están felices aquí, pueden irse", les espetó.
En carrera por un segundo periodo en las elecciones de 2020, Trump parece más decidido que nunca a avivar las llamas de la tensión racial para reforzar su base electoral, mayoritariamente blanca, pero también para sembrar divisiones entre sus opositores políticos.
Prudencia entre republicanos
Entre los republicanos con mayor rango ha reinado la prudencia ante los comentarios del mandatario.
Mitch McConnell, jefe de la mayoría republicana en el Senado, se mostró tibio: "Todos tenemos una responsabilidad (...), nuestras palabras son importantes", afirmó antes de agregar, en respuesta a una pregunta, que el presidente "no es un racista".
Para Kevin McCarthy, líder de los republicanos en la Cámara de Representantes, toda esta controversia "es solo una historia política".
El domingo, Trump había llamado a las cuatro legisladoras demócratas "El escuadrón" y las instó a "regresar" a esos "países totalmente infestados por la criminalidad de los que provienen". Aunque tres de ellas nacieron en Estados Unidos.
Preguntado el lunes si le preocupaba que muchas personas consideraran racistas sus comentarios, Trump respondió: "No me preocupa porque mucha gente está de acuerdo conmigo", y las acusó de "odiar" a Estados Unidos.
En una rueda de prensa las cuatro congresistas destacaron que el debate político debe centrarse en temas como la cobertura de salud o la inmigración, particularmente en el sensible tema de los solicitantes de asilo en la frontera con México.
"Mentes y líderes débiles discuten sobre lealtad a nuestro país para evitar preguntas y debates sobre sus políticas", dijo Ocasio-Cortez.
Trump "no sabe cómo defender sus políticas, entonces lo que hace es atacarnos a nivel personal, de eso se trata todo esto", explicó.
Tlaib, en tanto, dijo que las declaraciones de Trump solo son "una continuación de su guión xenófobo y racista".
Declaraciones "viles y ofensivas”
Para el exsenador republicano por Arizona Jeff Flake, que se ha enfrascado en varias pugnas con Trump, el silencio de su partido no puede justificarse.
"Muchas veces dije que no puede esperarse que los representantes republicanos respondan a todas las declaraciones del presidente, pero hay momentos en los que los comentarios del presidente son tan viles y ofensivos que los propios republicanos tienen que responder condenándolos", dijo en Twitter.
Chuck Schumer, el jefe de la minoría demócrata en el Senado, también criticó el silencio en las filas republicanas.
"Me pregunto si el silencio de muchos republicanos ante los tuits xenófobos es por vergüenza o porque concuerdan con él. Tanto la vergüenza como la concordancia son igualmente inexcusables", dijo.
Para Joe Biden, quien fue vicepresidente de Barack Obama y aspira a la candidatura demócrata a la Casa Blanca, ningún jefe de Estado estadounidense "ha sido tan abiertamente racista como este hombre".

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