El viaje de Obama, que comienza el miércoles, parece dirigido en lo fundamental a mejorar las a veces problemáticas relaciones con Israel. Pero ganarse la confianza de los palestinos, que lo acusan de favorecer injustamente a Israel, pudiera ser una tarea mucho más difícil.
Después de sufrir decepciones durante el primer mandato de Obama, los palestinos ven pocas razones para sentirse optimistas ahora.
El anuncio de la Casa Blanca de que Obama no presentará ninguna nueva iniciativa de paz fortaleció las convicciones de los palestinos de que el líder estadounidense no esté dispuesto a presionar a Israel al nivel que ellos creen que es necesario para poner fin al estancamiento de cuatro años en las negociaciones de paz.
"Obama viene por Israel, no por nosotros", dijo Mohamed Albouz, un agricultor palestino de 55 años. "Obama vendrá y se marchará como lo hicieron sus predecesores, sin hacer nada".
Aunque Israel está preparado para recibir a Obama a lo grande, hay pocas señales de entusiasmo en Cisjordania. Los grandes carteles con la foto de Obama que se colgaron la semana pasada en Ramala fueron rápidamente maltratados y un pequeño grupo de activistas llamado "La Campaña por la Dignidad" planea soltar globos negros al aire en señal de duelo durante la llegada de Obama.
El propio presidente tuvo un papel en el estancamiento actual de las negociaciones, que se debe en gran parte a desacuerdos sobre la construcción de asentamientos israelíes en Cisjordania y el este de Jerusalén. Los palestinos reclaman las dos zonas, capturadas por Israel en la guerra de 1967, como parte de un futuro Estado, una postura que cuenta con amplio respaldo internacional.
Cuando Obama asumió la presidencia la primera vez, criticó abierta y fuertemente los asentamientos israelíes, diciendo que socavan las esperanzas de paz. "Es hora de detener esos asentamientos", dijo Obama ante una importante reunión en El Cairo, Egipto, pocos meses antes de jurar el cargo.
Alentados por la postura de Obama, los palestinos dijeron que no negociarán con el recién elegido primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, a menos que se detuvieran los asentamientos.
Obama persuadió a Netanyahu para que impusiera una moratoria por 10 meses en las obras, pero los palestinos no aceptaron la reanudación de diálogos hasta que el período casi terminaba. Cuando la moratoria expiró, Netanyahu se negó a prorrogarla y las negociaciones colapsaron.
Obama dejó de insistir en el tema y las negociaciones no han vuelto a reanudarse.
Updated: marzo 18, 2013 10:53 a. m.