El papa argentino explicó, ante 50.000 fieles que aborrataban en la plaza de San Pedro, que cada 15 días se sienta frente a su confesor. "El escucha las cosas que le cuento, me aconseja y me perdona. Y yo necesito este perdón", agregó el pontífice.
El exarzobispo de Buenos Aires dedicó este miércoles su catequesis al perdón y al sacramento de la confesión y puntualizó que aunque los fieles católicos "a veces se confiesan directamente con Dios" es necesario hacerlo con un confesor porque "te da la seguridad del perdón".
"Es un poco difícil -añadió el papa- entender cómo un hombre puede perdonar los pecados. Jesús nos da el poder. La Iglesia es depositaria del poder de las llaves: para abrir o cerrar, de perdonar".
Asimismo, Jorge Bergoglio subrayó: "No hay que olvidar que Dios nunca se cansa de perdonarnos. Mediante el ministerio del sacerdote nos da un abrazo que nos regenera y nos permite levantarnos y retomar de nuevo el camino".
Por otra parte, el papa también explicó que el sacramento de la confesión "es muy delicado" para los sacerdotes y que es necesario que el corazón de estos "esté en paz", "que no maltrate a los fieles y que sea amigo fiel y misericordioso de todos ellos".
"El sacerdote que no tenga esta disposición espiritual es mejor que no dé el sacramento de la penitencia hasta que no se corrija", aseveró.