El pontífice dijo que no quiere ser "usado".
El próximo 7 de junio será la quinta vez que Francisco y Fernández se reúnan desde que Jorge Mario Bergoglio, exarzobispo de Buenos Aires y cardenal primado de Argentina, fuera elegido papa, el 13 de marzo de 2013.
La cita en el vaticano se concretará un mes antes del inicio formal en Argentina de la campaña electoral para las primarias de agosto, en las que se definirán los candidatos que podrán competir en las presidenciales de octubre.
A diferencia de encuentros previos, como la última visita oficial de Fernández al Vaticano, en septiembre pasado, cuando compartió con Francisco un almuerzo en la residencia Santa Marta, esta vez la mandataria será recibida en un salón cercano al aula de audiencias Pablo VI.
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El cambio obedece a una decisión del propio Francisco de evitar que su figura, cuya influencia es innegable en Argentina, sea un factor de incidencia en el complejo escenario político de su país natal.
El papa ya había decidido excluir a Argentina de los destinos suramericanos que visitará este año para no incidir en la campaña, pero resolvió además poner ciertas condiciones para sus encuentros con políticos argentinos luego de que esas reuniones fueran utilizadas por los propios visitantes para promocionarse.
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El propio pontífice aseguró en una entrevista concedida días atrás a un medio bonaerense que no sigue "para nada" la evolución política de Argentina y explicó por qué le puso reparos a sus encuentros con políticos argentinos.
"Corté acá la recepción de políticos porque me di cuenta de que algunos usaban eso y mi foto, aunque también es cierto que algún otro ni dijo que había estado conmigo y ni se sacó la foto. Pero para evitar eso, los políticos en audiencia privada, no. Si vienen van a las audiencias generales, los saludo", señaló Francisco.
En la entrevista con el diario La Voz del Pueblo, de la ciudad bonaerense de Tres Arroyos, el papa dijo desconocer "cómo van las elecciones" y "quiénes son los candidatos".
"Me imagino quiénes deben ser los principales, pero no sé tampoco cómo van las tensiones. Sé que en las primarias de Buenos Aires ganó el Pro (fuerza conservadora de oposición que lidera el candidato a presidente Mauricio Macri) porque lo vi en el diario, salió hasta en (el diario italiano) La Repubblica", contó Francisco.
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El sumo pontífice explicó que ve Argentina "como un país de muchas posibilidades y de tantas oportunidades perdidas".
"Algo pasa, con toda la riqueza que tenemos. Como el cuento de los embajadores de los países que se fueron a quejar a Dios porque a los argentinos le habían dado tantas riquezas y a ellos solamente una, o la agricultura o la minería. Dios los escuchó y les contestó: 'No, perdón, para balancear les di los argentinos'", comentó.
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El analista Patricio Giusto, de la consultora Diagnóstico Político, recordó a Efe que antes de la elección de Bergoglio como papa, la relación con los Kirchner "siempre había sido muy tensa".
Durante su etapa como arzobispo de Buenos Aires Bergoglio nunca calló sus preocupaciones sobre asuntos sociales, políticos y económico, lo que le valió una relación tensa con el fallecido presidente Néstor Kirchner (2003-2007) y con su esposa y sucesora y hasta acusaciones de operar políticamente a favor de la oposición.
"Pero una vez electo, Cristina termina asumiendo que enfrentarse al papa sería ridículo porque, además, Francisco en poco tiempo empezó a adquirir una imagen positiva a nivel mundial quizá como ningún papa en los últimos tiempos", afirmó Giusto.