Kirker cree que los anillos se le salieron de una bolsa de su ropa en la década de 1960, cuando vivía en el poblado de Santa Clara, condado Grant, según el periódico Las Cruces Sun-News .
Kirker, de 82 años, solía quitarse los anillos de oro blanco y diamantes, y los envolvía en un pañuelo desechable mientras cocinaba y se los echaba a la bolsa. "Le dije que tuviera más cuidado con los anillos o los perdería", dijo su esposo Robert Kirker, de 83 años.
Y así ocurrió. Kirker cree que se le cayeron cerca de la casa de Romana Gutiérrez, donde la pareja se estacionaba siempre antes de la misa del domingo.
Asustada, Kirker se dirigió a la casa de Gutiérrez y comenzó buscarlos entre la tierra.
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"La señora Gutiérrez se le acercó y le preguntó: '¿Qué hace, señora Kirker?"', relató Robert Kirker. "Ofelia le dijo que se le habían perdido los anillos de bodas y la señora Gutiérrez respondió: 'Buena suerte. Espero que los encuentre"'.
La hija de Gutiérrez, Edna Salas, dijo que los anillos fueron desenterrados años después, cuando su madre contrató a alguien para limpiar el jardín.
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Pero entonces Gutiérrez no sabía cómo localizar a los Kirker, quienes se habían mudado, así que puso los anillos en una pequeña caja azul.
Salas halló esa caja en abril.
"Sabía que no eran de mi mamá", dijo. "Así que le llamé y le pregunté. Dijo que pertenecían a Ofelia Kirker".
Salas entregó la caja a la nuera de los Kirker, que trabaja en una tienda local. La mujer no sabía nada de los anillos y llamó a la pareja de ancianos.
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Los Kirker viajaron a Santa Clara para recuperar los anillos y conocer a Edna.
"Ahora tengo que ser muy cuidadosa con ellos", dijo Kirker, que celebrará su 64to aniversario de bodas en diciembre.
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