El papa Francisco pidió al clero desde Ecuador renovar a diario su vocación de servicio para no apartarse de la gente y de inmediato emprendió viaje a Bolivia.
"Cuiden la salud, pero sobre todo cuiden de no caer en una enfermedad que es del todo peligrosa para los que el señor nos llamó gratuitamente a seguirlo o a servirlo: no caigan en el Alzheimer espiritual", dijo Francisco tras descartar un discurso que tenía preparado para la ocasión.
"No tengo ganas de leerlo", dijo e improvisó el mensaje alrededor de los conceptos de servicio y la gratuidad de la vocación religiosa.
En el aeropuerto capitalino lo despidieron el presidente Rafael Correa y el alcalde Mauricio Rodas, entre otras altas autoridades.
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El sumo pontífice salió en un avión de Boliviana de Aviación, debido a que la aeronave en que llegó, de Alitalia, no estaba certificada para aterrizar en La Paz. El vuelo despegó a las 13.00 horas (1800 GMT).
"Todos los días renueven el sentimiento que todo es gratis, el sentimiento de gratuidad de cada uno de ustedes. Ninguno lo merecimos y pidan la gracia de no perder la memoria, de no sentirse más importantes", dijo en lo que calificó de consejo de hermano y padre.
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Les recordó que Dios los eligió para el servicio "y servir cuando estamos cansados y servir cuando la gente nos harta".
Su pontificado, que comenzó en marzo de 2013, se ha caracterizado por motivar a los religiosos y sobre todo a los obispos a salir a las calles y estar cerca de los fieles, de los más pobres y marginados.
El obispo de Sucumbíos, Celmo Lizzo, agradeció su presencia a nombre de los religiosos.
"Gracias Santo Padre, porque Dios ha podido hacer de su santidad un instrumento de renovación para la Iglesia Católica. Nos pide que seamos evangelizadores felices y nos da el ejemplo de alegría, a pesar de la responsabilidad que pesa sobre su espalda y el ritmo de actividades que lleva siempre está sonriente. !Déjenos, Santo Padre, la receta de su alegría!", le dijo justo antes de que el papa diera su mensaje.
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Antes de la reunión con el clero, Francisco visitó un asilo de ancianos, en donde se tomó el tiempo para saludar y bendecir a cada uno de ellos.
En ese lugar, en la población de Tumbaco, cercana a la capital ecuatoriana, el papa fue recibido en la puerta del asilo de ancianos con un collar de borlas blancas y azules, los colores de la comunidad religiosa. Enseguida oró ante un crucifijo y la virgen María.
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Enseguida estrechó la mano y abrazó a los 60 ancianos abandonados y enfermos que son protegidos en ese lugar. Uno de los ancianos le regaló un sombrero y se lo puso, pero fue retirado instantes después por su equipo de seguridad.
Al final de la reunión con los religiosos el papa salió al aeropuerto para seguir su viaje a Bolivia, donde continuará su gira pastoral que también incluye a Paraguay.
Francisco llegó a Ecuador la tarde del domingo y ofició dos misas campales, una en Guayaquil el lunes y otra en Quito el martes, se ha reunido con el presidente Rafael Correa, con educadores y estudiantes católicos y con integrantes de la sociedad civil.
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