Lo tenía una pareja, que lo estaba criando como si fuera de su familia. El rapto del pequeño, de 5 años, hacía parte de una elaborada venganza.
Cheng Jiafu había sido secuestrado nueve meses atrás de su hogar, cuando se encontraba al cuidado de su hermana mayor. Un hombre llegó hasta la casa, en Qingxin (China), y se lo llevó.
Del menor de 5 años no se sabía nada hasta hace unos días, cuando su padre lo rescató de una pareja que lo tenía retenido.
El progenitor se encontraba junto a su cuñada haciendo compras en un centro comercial. La mujer vio al pequeño Cheng y lo reconoció cuando este se quedó viéndolos por largo rato.
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Apenas lo vieron, el padre tomó a su hijo y luego llamó a la Policía para que capturaran a la pareja que lo tenía retenido. Estos lo estaban criando como si fuera su propio hijo.
Las autoridades capturaron a los secuestradores. Además de la pareja que tenía en su poder al niño, capturaron a otro hombre que la prensa china ha identificado como Ou, quien había secuestrado al menor.
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No solo lo raptó, este hombre también había convencido a los esposos de quedarse con el niño.
En el juicio se supo que los móviles del secuestro fueron por venganza.
Ou raptó a Cheng para desquitarse de la madre del menor. El mismo secuestrador confesó que ella era amiga de su esposa y la había convencido a su esposa de separarse de él.