Aunque la mujer soportó el dolor por un tiempo, luego fue atendida en un hospital donde descubrió que su problema era mucho más grave que una fractura.
Sarah Williamson vive en Darlington, Reino Unido, y su historia, para muchos, supera la ficción.
El día de su cumpleaños número 39, Sarah recibió un abrazo tan fuerte de su esposo que le rompió una costilla.
Pero descubrirlo no fue tan sencillo, la mujer, que ahora tiene 41, pasó todo un año sufriendo dolores; pensó que era algo normal, quizás por la edad o su trabajo.
El malestar empeoró. Entonces Sarah, junto a su esposo Richard y su hija Anne, decidieron ir de urgencias al hospital.
En primer lugar, descubrieron que tenía fractura en una costilla, la cual relacionaron con el abrazo que recibió Sarah.
Sin embargo, el informe médico entregó un diagnóstico peor: Sarah sufría cáncer de médula ósea.
Y es que de no ser por el accidente de la costilla, ella habría tardado mucho más en darse cuenta de la dura enfermedad que padecía.
En medio del difícil panorama, la mujer consiguió ser una de las pocas pacientes con las que el médico Graham Jackson, de un hospital de Newcastle, adelantaría un tratamiento experimental que incluía quimioterapia, un medicamento conocido como lenalidomida y un trasplante de células madre.
En su caso los resultados fueron positivos, Sarah presentó una remisión importante del cáncer y va ganando la batalla.
Su historia ocupa esta semana gran parte de la prensa inglesa y, al mismo tiempo, da esperanza a quienes padecen esta enfermedad.
Lo cierto es que Sarah, Richard y Anne nunca olvidarán ese ‘abrazo de oso’ que le salvó la vida.
Updated: diciembre 21, 2018 06:25 a. m.