En la ciudad de San Juan Chamula, México , un grupo de vecinos ató a un hombre para interrogarlo sobre la muerte de su esposa, una mujer que llevaba varios días desaparecida.
Luego de la presión, el criminal confesó el asesinato: “Sí, es ella. Es que me quería matar y por eso me molesté. No le dije nada, le di una patada, como dije”.
Luego de oír la confesión, los habitantes lo obligaron a desenterrar el cadáver con sus propias manos. Las autoridades detuvieron al asesino y el cuerpo fue trasladado a la Fiscalía del estado de Chiapas.
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La mujer tenía dos pequeños hijos.