En Irak, en medio de la tragedia de la guerra, se produjo una historia de esperanza: la de de un niño que volvió con sus seres queridos un año y medio después de ser raptado por miembros del Estado Islámico.
El pequeño acabó siendo vendido a una pareja sin hijos que lo ‘compró’ por 500 dólares y lo bautizó Ahmed, pese a que su verdadero nombre es Ayman.
Los milicianos de Estado Islámico asesinaron a sus padres y esclavizaron a su hermana. Estos crímenes se dieron en medio de la purga que aplican los extremistas a la minoría religiosa de los yazidies, a quienes llaman devotos del diablo.
Durante 18 meses el resto de los familiares de Ayman lo dieron por muerto. Entre tanto, el padre adoptivo se resistía, pese a la insistencia de su esposa. “Sabía que un día él tenía que regresar”, declaró Abu Ahmed.
Publicidad
Cuando las fuerzas iraquíes retomaron el oriente de Mosul, encontraron al pequeño y lo prepararon para llevarlo de vuelta a casa. Sin embargo, el nexo con su familia adoptiva ya estaba creado.
“¿Por qué lloras?”, le preguntó un soldado cuando lo conducían con sus verdaderos parientes.
Publicidad
“Porque quiero que él se quede conmigo”, declaró el pequeño.
De regreso al seno familiar original, Ayman se reencontró con su tío y su abuela.
Ahora está con su pueblo, con su gente, mientras la madre adoptiva, a lo lejos, mantiene la esperanza. “Estoy segura de que volverá porque fuimos buenos con él, nos amó y lo amamos mucho”, dice la mujer.
Si bien Ahmed no estuvo en su vientre, despertó en ella un instinto maternal que unicamente puede disolver la muerte.
Publicidad