El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, aseguró que el polémico discurso que tiene previsto dar mañana ante el Congreso estadounidense sobre Irán no tiene la intención de "faltar el respeto" al presidente Barack Obama.
Netanyahu se dio un baño de masas en la víspera de esa intervención en Washington, durante la segunda jornada de la conferencia anual del Comité de Relaciones Públicas Americano-Israelí (AIPAC), principal lobby pro-israelí de EE.UU.
En ese foro, el mandatario israelí aseguró que, pese a las diferencias, las relaciones con Estados Unidos "son mas fuertes que nunca".
La Casa Blanca considera esa intervención un desplante protocolario de Netanyahu, ya que Israel no consultó al Gobierno estadounidense previamente, gesto que contribuye a deteriorar la ya de por sí mala sintonía entre el primer ministro israelí y Obama.
El mandatario israelí, que dentro de dos semanas se juega su futuro en las urnas, dijo que no tiene "intención de inmiscuir a Israel en el debate partidista estadounidense".
"La razón por la cual nuestra alianza es tan fuerte tras décadas es que ha sido defendida por ambos partidos, y así es como debe permanecer", añadió.
No obstante, esas relaciones parecen más fluidas con los republicanos del Congreso, que invitaron al primer ministro israelí a dar mañana un discurso que, según Netanyahu, servirá para "hablar claro sobre un potencial acuerdo con Irán" y su programa nuclear.
Netanyahu, quien aseguró que el régimen iraní es el mayor patrocinador del terrorismo, subrayó que ese acuerdo entre Estados Unidos y otros cinco países con Irán "podría amenazar la supervivencia de Israel".
"Irán amenaza con destruir Israel, está devorando país tras país en Oriente Medio, exporta el terrorismo y está desarrollando, mientras hablamos, la tecnología par construir armas nucleares, muchas de ellas", afirmó el mandatario israelí.
"Los días en que el pueblo judío se quedaba pasivo frente a amenazas de aniquilación han terminado", explicó Netanyahu, contrario a un acuerdo para que Irán pueda mantener cierta capacidad de enriquecimiento de uranio para fines pacíficos a cambio de un régimen de inspecciones.
En un tono de advertencia, Netanyahu aseguró que Israel se defenderá ante la posibilidad de un Irán nuclear, aunque no pasó por alto la importancia de la alianza con Estados Unidos para "defender nuestra civilización común ante amenazas comunes".
El Congreso de EE.UU. ha elaborado un nuevo paquete de sanciones contra Irán con el apoyo de legisladores demócratas y republicanos a la espera de evaluar los avances en el diálogo de Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido, Francia y Alemania.
Esas potencias e Irán celebran, desde este lunes, una nueva ronda en Suiza y debería desembocar en un acuerdo marco a finales de mes.
El contrapunto en nombre de la Casa Blanca lo puso esta mañana la embajadora estadounidense ante Naciones Unidas, Samantha Power, que fue recibida fríamente por los 16.000 asistentes a este encuentro, el principal foro pro-israelí.
Power no levantó firmes aplausos hasta que aseguró: "creemos firmemente que la seguridad y la alianza con Israel trasciende a la política, y eso siempre será así".
La diplomática dijo que la "tensión" entre ambos gobiernos no hará temblar los cimientos de las relaciones bilaterales, aunque pidió que la "alianza estratégica" con Israel "nunca debe ser politizada...Hay demasiado en juego".
Mientras que Netanyahu centró su discurso en explicar el riesgo de un acuerdo nuclear con Irán y no mencionó el proceso hacia la paz con la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Power recordó la importancia de la coexistencia de dos estados (el israelí y el palestino) para la "pervivencia" del Estado judío.
No obstante, indicó, "el progreso hacia esta solución requerirá un liderazgo valiente y decisiones difíciles", como detener los asentamientos, "que dañan las perspectivas de la paz", al igual que lo hacen los intentos palestinos de denunciar a Israel por crímenes en la Corte Penal Internacional.
EFE
Updated: marzo 02, 2015 04:50 p. m.