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Viviana Canro, su esposo Nelson Martínez y el pequeño Matías, de tan solo 4 años, viajaron a San Andrés con la ilusión de compartir unas vacaciones familiares, a las que también invitaron a sus padres, Orlando Canro y Cecilia Zuluaga. El hotel Portobelo fue el escogido para el hospedaje y en la habitación 404 ocurrió lo inimaginable. Séptimo Día estuvo en la isla para reconstruir el caso.
El primer día de la familia en San Andrés estuvo marcado por paseos en la playa, caminatas y planes turísticos sencillos. Aunque desde que llegaron al hotel Portobelo Viviana mostró su inconformidad porque a sus padres los dejaron en un edificio distinto y la habitación que le habían designado a ellos tenía olores desagradables, nada hacía presagiar que el viaje terminaría en la peor pesadilla. Sus hijas mayores estuvieron al tanto de la situación desde Bogotá, porque ella les enviaba audios contándole.
Desafortundamente, la mañana siguiente, el 11 de julio, los abuelos de Matías les pidieron a los encargados del hotel abrir la habitación 404, pues ni su hija ni su yerno respondían a sus llamados. Una vez ingresaron, el hallazgo fue estremecedor: los tres estaban sin vida en la cama. “Veo a mi hija ahí en el pasillito ese tiradita en el piso. Yo la vi, Dios mío, se me vino el mundo encima. Cogí una cobija y se la puse encima a ella. Miré a la cama y veo a mi yerno y a mi niño dormiditos ahí juntos. Quedaron juntos dormiditos”, contó Orlando Canro en Séptimo Día.
Semanas después, Medicina Legal concluyó que la causa de la muerte fue intoxicación por fosfina, un gas letal que se produce cuando se utiliza fosfuro de aluminio, un químico de uso agrícola prohibido en espacios cerrados.
En medio de la investigación, se reveló que la tarde del 10 de julio, en la habitación 405, contigua a la de la familia Martínez Canro, se llevó a cabo una fumigación autorizada por la administración del hotel. El procedimiento fue realizado por un técnico de la empresa Livco EU, empresa contratista con experiencia en control de plagas en la isla.
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“Esta empresa ha prestado sus servicios al hotel Portobelo por un periodo de 13 años y es la empresa que presta sus servicios a la mayoría de hoteles de la isla”, aseguró ante las cámaras de Séptimo Día un encargado del hotel.
Según el documento que le entregó el técnico de la empresa Michael Garzón al hotel Portobelo luego de fumigar la habitación 405 “se realizó un tratamiento correctivo para el control de chinches en la habitación, cerrándola dos días para el producto activar”. De acuerdo con el informe, el producto utilizado habría sido un insecticida denominado Demand Duo, comúnmente aplicado en entornos urbanos para combatir chinches y otros insectos.
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Sin embargo, el resultado de las necropsias entregado Medicinal Legal encendió las alarmas, pues ese producto reportado por la empresa no contiene fosfina y esto fue lo que hallaron en los cuerpos.
En medio de las investigaciones, la empresa negó haber empleado fosfuro de aluminio en el hotel y aseguró que el procedimiento cumplió con los protocolos vigentes. Insisten en que el técnico siguió las instrucciones establecidas y que el insecticida utilizado fue Demand Duo.
El empresario Rodrigo Livingston, dueño de Livco EU, le dijo a Séptimo Día que no quería pronunciarse por el momento sobre el tema “porque eso está en manos de la Fiscalía”. Sobre la posibilidad del uso de una sustancia prohibida y altamente letal en la fumigación de la habitación 405, el hombre dijo “eso está por verse”.
Especialistas en toxicología explican que la fosfina es un gas de categoría uno en la escala de toxicidad. Su inhalación genera falta de oxígeno en los tejidos, lo que conduce a la muerte en cuestión de minutos u horas.
El producto suele emplearse en bodegas agrícolas para proteger granos y semillas, nunca en hoteles o viviendas. “Puedo ser el mismo desconocimiento del técnico. A nadie le cabe en la cabeza utilizar un producto categoría uno, altamente riesgoso en un área cerrada”, señaló Carlos Rivera, experto en fumigaciones de edificio y hoteles en Bogotá, en Séptimo Día.
La familia de las víctimas también cuestiona a la administración del hotel, pues dice que el establecimiento permitió la fumigación en la habitación contigua sin evacuar a los huéspedes ni advertirles del procedimiento.
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La Fiscalía abrió un proceso por homicidio culposo. El caso está en etapa de recolección de pruebas, que incluyen análisis toxicológicos, entrevistas a empleados del hotel y verificaciones a la empresa Livco EU.
Mientras tanto, la familia Martínez Canro exige justicia y dice que llegará hasta las últimas instancias para que se determinen las responsabilidades.