Además de los documentos, les pedían consignar $100.000. Viajaron desde sus ciudades de origen a Bogotá, pero al final descubrieron que la empresa no existe.
Habían sido dejados en libertad hace un mes por un juez que criticó la presentación de pruebas. Fiscalía pidió nuevamente medida de aseguramiento y fue aceptada.
Jorge Arabia, mano derecha del expresidente de la firma comisionista, guardaba todos los secretos de la estafa. Sus confesiones no dejan títere con cabeza.