Desde su celda en la cárcel de máxima seguridad en Itagüí, Hernán Giraldo, el exjefe paramilitar del bloque Resistencia Tayrona, que delinquió entre los años 1996 y 2003 en la Sierra Nevada de Santa Marta, mostró su apoyo político al abogado Alex Fernández, que aspirará a la Asamblea del Magdalena.“Siempre viví con la zozobra de quitarme la vida”: joven abusada por el paramilitar Hernán Giraldo"Yo los invitaría a que hiciéramos un compromiso con personajes comprometidos y conocidos en la región. El doctor Alex Fernández Hardding es una persona que se ha ido comprometiendo con las comunidades”, manifestó Hernán Giraldo.El candidato Fernández respondió que el apoyo del exjefe paramilitar es espontáneo y libre. “Reconoce las acciones populares y de cumplimiento que hemos presentado en favor de los agricultores de la Sierra Nevada de Santa Marta. Lo anterior lo realiza en un derecho y ejercicio constitucional a la libre expresión".Pese a que Hernán Giraldo pide el apoyo para la candidatura del abogado penalista, el jurista se desliga de los intereses políticos de alias ‘el Patrón’. "Eso no significa ningún tipo de representación ni de extrema derecha ni de izquierdas. Seguiremos trabajando por el agricultor, el magdalenense, para recuperar al Magdalena”, explicó.Hernán Giraldo Serna sigue pagando una condena en Colombia y es considerado uno de los mayores depredadores sexuales que dejó el paramilitarismo. Una de sus víctimas, la 201 en su lista, le relató a Noticias Caracol a través de un informe especial la forma como fue abusada por este sujeto:“Recuerdo que yo lloraba porque no entendía nada de esa parte, porque nunca la había vivido"Giraldo Serna pagó su condena por narcotráfico en los Estados Unidos y ahora hace parte de Justicia y Paz, donde ha confesado algunos de los crímenes cometidos.
Cinco mujeres que fueron violadas siendo niñas tienen en jaque al mayor depredador sexual de las autodefensas: Hernán Giraldo. Como lo ha publicado Noticias Caracol, y lo ha documentado la Fiscalía, el excomandante del bloque Tairona habría abusado sexualmente de ellas después de haber dejado las armas, lo que podría representarle la pérdida de todos los beneficios judiciales y dejarlo expuesto a pasar el resto de sus días en la cárcel.“Siempre viví con la zozobra de quitarme la vida”: joven abusada por el paramilitar Hernán Giraldo“Tenemos identificados cinco casos que se han presentado con menores de edad en circunstancias que han sido objeto de investigación. Son menores de edad, de baja escolaridad, trigueñas, vírgenes, de familias disfuncionales y que el señor Giraldo les dio joyas y algunas ayudas económicas para las familias, algunas fueron inducidas, convencidas para que ejercieran este tipo de labor”, afirma la fiscal Deicy Jaramillo.Entre los testimonios expuestos en la audiencia de solicitud de expulsión ante los magistrados del tribunal de Justicia y paz de Barranquilla, está el de peritos que certificaron que una de las víctimas fue obligada a abortar violentamente por los hombres de Giraldo. ¿Qué pasará con Hernán Giraldo Serna si demuestran que violó menores en pabellón de Justicia y Paz?“Estamos en ese proceso de verificación. Nosotros tenemos registros en libros de entrada de las menores de edad al centro de reclusión donde se encontraba el señor Giraldo. Se ha citado en cinco oportunidades para hacer la diligencia de indagatoria, no ha sido posible porque el señor ha solicitado el aplazamiento en algunas oportunidades con excusas médicas y situación similar con el señor defensor”, explica la fiscal Jaramillo.Los magistrados de Justicia y Paz le compulsaron copias a un abogado de Giraldo por las presiones que dijo estar recibiendo una de las víctimas. La mujer -según señaló la Fiscalía- fue engañada por un integrante del equipo que defiende al exjefe paramilitar detenido para que firmara una hoja en blanco. Después, fue amenazada para que no asistiera a las diligencias citadas por la Fiscalía so pena de ser denunciada penalmente por un falso testimonio que quedaría consignado en la mencionada hoja en blanco.
Hace 15 años, Hernán Giraldo, el narcoparamilitar más poderoso de la Costa, dejó las armas y fue enviado a prisión. Pero uno de sus centros de operaciones más estratégicos, en plena ciudad de Santa Marta, no ha podido ser recuperado por el Estado.Más de una decena de bienes, ubicados en la zona de tolerancia de Santa Marta, son el centro de una pelea judicial que enfrenta a dos señalados herederos de estructuras criminales de la Costa. Los bienes que están en disputa fueron entregados por el excomandante paramilitar Hernán Giraldo hace varios años. Sin embargo, el estado no ha podido retomar su control de modo que siguen siendo tierra de grupos armados y de delincuencia.Las calles del sector del Boro fueron y siguen siendo una zona de tolerancia cuya mayor riqueza radica en estar ubicada a pocos metros del puerto. Se creía que el proceso de sometimiento a la justicia de los paramilitares le había arrebatado al bloque Tairona por lo menos medio centenar de predios ubicados en este sector. Sin embargo, la miseria y la indigencia delatan que sigue siendo tierra de nadie y que los herederos de los grupos armados no están dispuestos a perder el que es considerado todavía uno de los más preciados corredores de narcotráfico.La esquina de la whiskería Los Bambucos fue el punto de reunión de hombres armados del bloque Tairona hasta el día en que su jefe, Hernán Giraldo, fue capturado para irse extraditado a Estados Unidos. Como propietario de ese establecimiento aparece Ancizar Álvarez, un antiguo capo del narcotráfico condenado, que es señalado de haber sido uno de los hombres más cercanos a Giraldo.Esta versión fue clave en la sentencia de Justicia y Paz que vinculó a Ancizar Álvarez con los bienes de Giraldo y como un integrante de los Chamizos, una banda criminal que se camufló bajo el manto de las convivir para proteger a los comerciantes de la plaza de mercado, pero que en realidad era una banda de sicariato, extorsiones y narcotráfico que terminó fusionada con las AUC.La primera propiedad de Ancizar Álvarez fue Los Bambucos, pero sus dominios incluían casas, establecimientos de comercio, un hostal, un hotel y el más importante, un parqueadero. Y aunque aparecían a su nombre, Hernán Giraldo los entregó como bienes de su organización para la reparación de las víctimas.Según Miguel Avendaño, director del Fondo para la Reparación a las Víctimas los bienes expropiados a la estructura armada de Giraldo, especialmente el parqueadero, entraron en una batalla legal entre Ancizar Álvarez, el hombre que aparecía como propietario, y Carlos Urrego, su exyerno que consiguió ser designado como administrador del bien por la desaparecida Dirección Nacional de Estupefacientes -DNE-. “Ese predio tiene una historia más allá de servir como parqueadero. Esto viene de una diferencia entre dos personas allá, por el dominio y control de este bien, los cuales desde épocas pasadas eran yerno y suegro respectivamente. Esto obedece más a una rencilla entre ellos por tener posesión de este bien”.Urrego moscoso fue capturado en el 2008 como el heredero del clan de Los Mellizos en Bucaramanga y señalado de ser parte de la banda 'Los Nevados'. Fue condenado a seis años por concierto para delinquir y el mismo año que recuperó su libertad logro hacerse a la administración del parqueadero.La DNE se liquidó en medio de los peores escándalos por corrupción, pero Urrego Moscoso siguió en los predios. Los bienes fueron puestos a disposición del fondo que reparar a las víctimas del conflicto en el 2017, pero desde entonces Urrego tampoco ha podido ser expulsado. En varios escenarios judiciales, la Fiscalía ha cuestionado la forma violenta en que Urrego se ha mantenido como poseedor y la desidia institucional que ha propiciado esta situación. “El abandono de las entidades del Estado encargadas de administrarlos facilitó la intrusión del señor Urrego en los inmuebles, que, según se afirmó fue violenta”, dice uno de los apartes de un documento de la Fiscalía sobre este tema.El Fondo para la Reparación a las Víctimas explicó a Noticias Caracol que en 2017 autorizó la presencia de Urrego Moscoso bajo la figura de "comodato", mientras se legalizaba la situación del predio. Sin embargo, su situación como administrador nunca se formalizó y tampoco ha podido ser expulsado.“Cuando la Unidad de Víctimas y el Fondo reciben este bien ya tenía una ocupación no autorizada. Ahí comienza nuestro primer problema. Nosotros le proponemos a los ocupantes, lo hacemos con todos, un sistema de comodato precario mientras legalizamos los papeles para que ellos entren de manera legal y formal a arrendar el bien. Para este caso, ellos no accedieron a este arrendamiento y se quedaron ahí motivo por el cual la Unidad entra en un proceso policivo, con la oficina asesora jurídica, para que entreguen este bien de manera real y así se pueda administrar”, afirmó Avendaño.En medio de una maraña de recursos judiciales para recuperar estos predios, la propia justicia ha compulsado copias para que se investiguen a funcionarios de la Fiscalía y de la rama judicial, a abogados, a exparamilitares y hasta una de las personas más cercanas a Giraldo, su sobrino Nodier Giraldo. Este fue señalado por el exparamilitar Luis Alfredo Ropero Ramírez de presionar "para que se dejaran quietos los bienes de Ancizar", según se lee en su declaración ante la Fiscalía.Entre tanto, el peligro y la marginalidad se mantienen en el sector del Boro, una zona convertida en una olla de microtráfico en donde se cometen crímenes a sangre fría y se mueven toda clase de negocios ilegales sin que las autoridades hagan nada.
El exparamilitar Hernán Giraldo Serna, hoy en Colombia, tiene pendiente deudas con la justicia de gran calibre por los delitos de desaparición forzada, desplazamiento, homicidio agravado, terrorismo y abuso sexual contra menores de edad, uno de sus peores crímenes, de los cuales confesó 35 casos.Una joven cuenta cómo a sus 15 años fue ingresada a la cárcel, al pabellón de Justicia y Paz donde estaba el depredador y fue abusada repetidas veces.“Escogí la burka para proteger mi identidad y porque también recuerdo el dolor de todas esas mujeres en el Medio Oriente y en el mundo entero”, dice ‘Camila’, la víctima 201 de Giraldo. Ella relató a Noticias Caracol cómo fue violada y convertida en esclava sexual de Giraldo.Con el infame mecanismo del terror, ‘el Patrón’ -como lo llamaban-, ejerció su dominio sobre las familias campesinas y sus hijos. Si eran niños los reclutaba, si eran niñas las violaba y las convertía en sus mujeres.Giraldo demostró ser un depredador de niñas, las escogía menores de 15 años. A su finca, ubicada en la vereda Casa de Tabla en La Sierra, una de sus cocineras le llevaba las menores convirtiéndose en su principal proxeneta o celestina, así cayó ‘Camila’.“Tenía 15 años, yo llegué a Santa Marta y ahí conocí a una mujer, ella me pidió que me quedara trabajando con ella, haciéndole los oficios de la casa y cuidándole los niños y ella a cambio me ayudaba con los estudios, me daba vivienda y me compraba las cosas personales que yo necesitara”, relata.El 1 de enero de 2008, la niña se instaló en la casa de la mujer que sería su patrona. Allí supo quién era Hernán Giraldo.“Un día sonó el teléfono contesté y era él, me preguntó que quién era yo, le contesté que era la chica que hacia el aseo y cuidaba a los niños. La mujer un día me dijo que Hernán me mandaba saludes. Ella siguió insistiendo con los saludos y un día le dije, yo no voy a hacer lo que tú me digas, y ella me contestó que allá afuera estábamos vigilados y que en la casa se tenía que hacer lo que ella decía o lo que él dice”, recuerda.‘Camila’ sintió miedo y empezó a sospechar. En la casa, además de ella, vivían otras dos menores, la mayor con una condición especial, la más pequeña de 11 años cuidaba a su hermanita, eran niñas campesinas traídas por la cocinera de la sierra.“Un día entré a la habitación de ella y abrí un closet y había dinero desde el piso hasta el techo del closet y yo dije ¡Dios mío! Yo me horroricé y dije ¿por qué hay tanto dinero aquí?”, expresa.‘Camila’ recuerda que los domingos la señora arreglaba a la más pequeña de las niñas y viajaba con ella, regresaba tarde en la noche. Por la niña, supo que la llevaban a visitar una cárcel.“Un día, ella dijo, ‘ella no va a ir hoy a la visita, vas a ir tú, vas a acompañarme a la cárcel hoy’ y ella me dijo que para entrar debíamos pasar dinero y había cogido una toalla higiénica y le sacó el relleno y le puso un montón de dinero dentro de la toalla, y me dijo que yo debía usar la toalla y luego encima de esa toalla poner otra toalla limpia y que ese dinero lo teníamos que pasar dentro de la cárcel”, asegura.El viaje lo hicieron de Santa Marta hacia Barranquilla a la cárcel Modelo, adonde había sido trasladado Giraldo desde la cárcel de Itagüí.“Pasamos todo el proceso de entrar a la cárcel, recuero que me hicieron la revisión y yo estaba demasiado nerviosa porque tenía dinero en mis partes íntimas y el perro estaba desesperado, la mujer pasó sus manos por todo mi cuerpo, y dijo: pabellón Justicia y Paz”,“Primera vez que yo lo tenía de frente y él empezó a quitarme la ropa y tuvo relaciones conmigo ahí en esa cama que había. Y recuerdo que yo lloraba porque pensaba que se iba a morir encima de mí y a mí solo se me salían las lágrimas. Yo decía ‘Dios mío, ayúdame porque este hombre se va a morir encima de mí', o sea, yo no entendía nada de esa parte porque nunca la había vivido y entonces yo recuerdo que él terminó de hacerme el acto sexual y recuerdo que yo me envolví en la sábana, entré al baño y empecé a ducharme”, detalla.En minutos, su inocencia le fue arrebatada. ‘Camila’ se convirtió en su preferida, reemplazó por tres domingos a la pequeña de 11 años a la que una noche en la finca de la sierra le pasó lo mismo. Tuvo un segundo encuentro y creyó salvarse.“Yo recuerdo que le dije yo tengo el periodo y él me contesto, ‘no importa, hacemos rellena’, eso me contestó”, dice.Aprendió a sumirse en prolongados silencios. Lo que pasaba en la cárcel no se hablaba en la casa, menos con la patrona.“Una última vez que me llevaba a visitarlo sonó el teléfono a las 5 de la mañana, yo me estaba duchando y yo salí del baño y contesté el teléfono y una persona del otro lado de la línea dijo 'se llevaron a Hernán extraditado para Estados Unidos', y eso fue lo que detuvo otra vez que me tocaba ir, que a él lo extraditaron”, señala.Al tiempo, la dueña de la casa desapareció con sus hijos. Quedaron las tres niñas, a las que se unieron otras cinco menores. Una de ellas, recuerda ‘Camila’, tenía un pequeño, era uno de los 60 hijos de Giraldo Serna.“Después a mí me compran un tiquete por tierra, solo a mí. Ella me mandó recoger y llegó acá a cuidar los chicos y hacer de comer y el aseo de la casa, ella empieza a armar negocios”Después de esto, ‘Camila’ se fue enfermando.Aferrada a su muñeco de peluche, lo único que conserva de esos días, naufragó entre sus miedos, intentando salvarse y buscó confrontar a la mujer que le destruyó la vida.“Ya los chicos estaban grandes y yo les dije ‘ustedes no saben quién es su mamá’ y lo que ha hecho. Ella salió luego y me dijo como, ‘perdóname’, yo le dije ‘me has arruinado la vida’ y desde ahí nunca más la he vuelto a ver, no sé de ella. No he tenido una vida amorosa con jóvenes de mi edad, no”, indica.Se define como una mujer deshonrada que ha buscado justicia y verdad. Lo hizo cuando supo que su victimario estaba purgando la pena por narcotráfico en la cárcel de Virginia en Estados Unidos. Pidió ser reconocida como víctima del paramilitar, pero su caso no prosperó.“Cuando fui a la oficina de Reparación de Víctimas me dijeron que ya habían pasado muchos años y que era negado para mí el proceso de reparación y acogerme, y me dijeron que él ya estaba en la cárcel, que qué más quería y que lo importante era que estaba en la cárcel, me contestó la mujer que me atendió”, dice.Denunció ante la Fiscalía el delito sexual acusando a Hernán Giraldo serna por acceso carnal o acto abusivo incapaz de resistir. Ocurrido el domingo 6 de enero de 2008 dentro de la cárcel de Barranquilla. El caso es conocido por la líder de derechos humanos Norma Vera.“Es dolorosísimo para los defensores de derechos humanos que una mujer que denunció en el 2016, hasta hoy, si Noticias Caracol y esta investigación no revela los datos, no se activa la investigación. Desde 2016 está víctima no ha sido reconocida por Justicia y Paz, tampoco le han dado garantías para que su proceso avance. Para nosotros resulta increíble que el Inpec no se haya dado cuenta de que tres veces ingresó una menor de edad, que no es familiar del paramilitar Giraldo Serna, a realizar visita conyugal, es inconcebible”, apunta Vera.Ahora, con el regreso de su verdugo, el hombre que creyó ser su dueño y señor, ‘Camila’ tomó valor para ser la primera en decir cómo su cuerpo fue usado como botín de guerra por este paramilitar.“Diría que es un pedófilo, tiene muy pocas probabilidades de cambiar y quién me va a decir que no vuelve a hacer lo mismo cuando salga y las chicas que escuchan mi testimonio, las animo a que también denuncien que fuimos nosotras las que en estos tiempos y mañana podrán ser otras si ese hombre queda en libertad e impune de tantos delitos que tiene”, subraya la joven.Es la voz de la verdad de una mujer protegida detrás del burka, que hoy le habla al país y a las otras 200 niñas víctimas sexuales del patrón de La Sierra.
El depredador sexual Hernán Giraldo Serna y sus tentáculos delictivos abarcaron los departamentos de Magdalena, Atlántico, Cesar, parte de La Guajira y Norte de Santander, bajo la marca del frente Resistencia Tayrona de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).A su largo prontuario criminal se suma la violación de decenas de niñas; en una clara intención de ejercer el control del territorio a través de su linaje siniestro.Giraldo Serna reconoció 35 casos, pero dos investigadoras acuciosas del conflicto armado les siguieron el rastro a sus crímenes sexuales durante seis años.“Encontramos más de 200 víctimas; esto quiere decir que pudimos identificar más de 167 víctimas de violencia sexual con un elemento muy importante, que además es único en las guerras modernas y único en la violencia en Colombia: Hernán Giraldo Serna violaba sistemáticamente menores de 14 años con unas características fenotípicas específicas, todas las niñas violadas tenían unas condiciones, eran niñas voluptuosas de caderas anchas”, dice Norma Vera, investigadora de conflicto armado y defensora de derechos humanos.Agregó que - “investigando un poco más- nos dimos cuenta de que estaba asociado al tema de la fertilidad en los discursos machistas; las mujeres entre más caderonas, entre más anchas, se supone que son más fértiles y dan hijos más sanos”.El ahora exparamilitar era conocido con el perverso remoquete de alias ‘Taladro’ marcando una de las más dolorosas y aberrantes formas de utilizar el cuerpo de la mujer como arma de guerra.“Era quien tenía permitido taladrar, además con mucho dolor lo digo, las niñas menores de 14 años que Giraldo escogía”, relató Vera.Una de las víctimas de este criminal dio su duro testimonio sobre lo que sufrió.“Yo solamente era una niña cuando este señor, si se puede llamar así a un ser tan despreciable, que abusó de mí a mi corta edad, cuando tenía tan solo 13 años. Nunca lo pude denunciar a pesar de que me arruinó mi vida, por miedo, como les pasa a muchas de las víctimas, porque acá en Santa Marta todavía vive toda su familia, sus hijos y uno se tiene que callar. No queremos que vuelva, él es un monstruo”, dice la mujer, a quien se le protege la identidad.En su investigación, Vera también pudo determinar que, tras violar a las niñas, las obligaba a ser sus parejas y las embarazaba. “Pudimos encontrar más de 60 hijos”, señala.“El uso del cuerpo de la mujer como vehículo de trasmisión generacional del linaje para poder perpetuar su control en el territorio, de hijos consanguíneos que representaran su modelo y política ideológica de guerra”, precisa la investigadora Vera.De acuerdo con la información recopilada, Giraldo “sigue teniendo -a través de sus herederos- control del territorio porque tiene un proceso llamado el POT paramilitar, que es tener las mejores tierras con los conflictos de uso alrededor del Parque Tayrona”.El apellido de Giraldo Serna es un sinónimo criminal en el territorio. Todos saben quién es ‘Taladro’ o ‘el Patrón’… muchos le temen, mientras otros lo esperan.
Un territorio que aclamaba al Estado ser reconocido en Colombia como la comunidad ancestral de La Boquilla no se dio hasta que, el 15 de abril de 2012, el expresidente estadounidense Barack Obama asistió a la Cumbre de las Américas en Cartagena.Esta comunidad negra y reconocida por ser tierra de pescadores se ubicaron en esa zona posterior al proceso de libertad. Dicen los historiadores que fue desde 1700 su establecimiento, pero que por siglos las sucesivas generaciones han reclamado la titulación del territorio.Masacre en Alto Remanso: padre pide justicia por la muerte de su hijo durante un operativo militarNo fue hasta que con Obama como testigo político de la humanidad y en la emblemática plaza de Cartagena se dio la incansable lucha por su reconocimiento. “Nos enteramos en la prensa que Obama va a visitar en medio de la Cumbre de las Américas a Cartagena y que como un acto de desagravio hacia la discriminación y prácticamente olvido en que estaban los negros, entonces cogieron esas dos poblaciones emblemáticas. A cabo de una semana fui llamado por los organizadores del evento y me dijeron que en mí condición de representación legal yo tenía que estar en la ceremonia”, mencionó Benjamín Luna, líder de la comunidad de La Boquilla.Además, la ceremonia se dio en la plaza de San Pedro Claver, un lugar reconocido porque antiguamente era llamado el lugar del esclavo de los esclavos. Sin duda, el espacio significo para ellos la inclusión y libertad.El evento era protagonizado por Obama, aunque se contó con la participación de Shakira y al menos unos 33 jefes de Estado, pero todos los ojos de los espectadores estaban puestos en él. Era tanta la seguridad que no le bastaba con la que le ofrecía el Gobierno colombiano, sino que se trajo sus propios escoltas. “Obama nunca confió en la seguridad del Estado colombiano, el trajo su propia seguridad, su propia comida, su propia agua, todo lo trajo”, expresó Luna.Gustavo Vélez, el alcalde más amenazado del país, lucha contra la violencia en TuluáNo obstante, para la comunidad llevo algo mucho más valioso y fue un mensaje de poder y orgullo afro. Él defendió la posición de la reivindicación de la raza negra, también por ser el primer presidente negro de Estados Unidos.En su discurso presenció con orgullo un día histórico. “Cuyos frutos llevan décadas incluso años madurando. Durante generaciones muchos de ustedes han vivido en estas tierras, han trabajo estas tierras, han criado a su familia en estas tierras y hoy y de ahora en adelante por fin obtendrán la escrituración de estas tierras. Se le entregarán a La Boquilla y a San Basilio de Palenque”, declaró Obama ese día antes de la entrega del título a Benjamín Luna.La Boquilla es zona de pescadores artesanales y se reduce a un pedazo de mar, playa y ciénaga. Es un territorio muy pobre, pero con una ubicación codiciada. “Gracias a Dios tenemos agua, electricidad porque el alcantarillado en algunos lados no tiene ese servicio. En el verano se reducen las aguas y las fuertes brisas secan los playones. En invierno sube en promedio un metro”, expresó David Torres, pescador y líder comunitario.Extorsiones desde la cárcel: miles de inocentes son víctimas de este fenómeno criminalSin embargo, la dicha que tenía la comunidad por tener la escrituración no duró mucho. En 2020, el Tribunal de Bolívar, al resolver una demanda, anuló el título que ocho años antes les entregó Obama. Una pena y desengaño para los boquilleros. Los argumentos presentados decían que ellos no eran merecedores porque no son rurales, que era un barrio más de Cartagena y que el componente del plan de ordenamiento territorial figuraban como expansión urbana.Los boquilleros apelaron y el pleito ahora está en el Consejo de Estado que deberá emitir una decisión de cierre. Mientras tanto, La Boquilla está es un sinfín de irregularidades.
Hace 20 años, en un día como hoy, una pesada maquina empezaba a rugir un poco antes de las tres la tarde en la localidad de Suba, noroccidente de Bogotá. Al mismo tiempo, en el colegio Agustiniano Norte, en la misma localidad, el bullicio de los estudiantes que ese día salían de clases estaba a tope.>> Lea también: El rostro de los 21 ángeles del Agustiniano Norte: sentido homenaje de Noticias CaracolLa pesada máquina que salió de sus patios a transitar por las calles, sin saberlo, causaría uno de los peores accidentes en la historia de la ciudad.Las rutas del colegio también partieron hacia sus distintos destinos y los dos vehículos se encontraron. La máquina rodó por una curva y descargó su peso en el bus escolar. 21 niños fallecieron, junto a dos adultos, y 25 más quedaron heridos.Muchas vidas rotas ese 28 de abril, recordado como uno de los días más tristes de la ciudad. También cambiaron las vidas de los que acudieron al rescate, entre ellos, María Mercedes García, socorrista de la Cruz Roja.“Toco empezar a leer el listado de los niños que habían sido trasladados a centros asistenciales y en ese momento, a medida que se iba leyendo el listado, una persona dice: '¿y si usted no da el nombre de mi hijo qué quiere decir?'. Todos sabíamos la respuesta, pero nadie la quería dar", narró María Mercedes.El sargento Omar Castañeda, experimentado socorrista miembro del Cuerpo Oficial de Bomberos de Bogotá, cuenta que en su larga trayectoria no vivió un caso semejante, uno que lo tocara tanto como ser humano.Impotentes ante las circunstancias, valientes bomberos que, en medio de sus labores, lloraron en silencio y pensaron en sus propios hijos.El sargento Carlos Torres, bombero, dice que “en el servicio, los bomberos actúan porque estamos entrenados para actuar y atender la emergencia, pero después somos seres humanos. Mi hijo estaba estudiando y tenía ruta escolar y al otro día, cuando llegue a la casa, no quería que fuera en ruta".Días de angustia pero también de esperanza. Años después, al sargento Castañeda lo sorprendió un encuentro muy grato. “A los dos años llega un niño a la estación y le digo: ‘¿En qué le puedo servir?’. El niño quiere llegar a la estación a darme las gracias, que él seguía vivo gracias a nosotros. Él había perdido una pierna".Todos aquellos que acudieron a brindar ayuda material o espiritual vivieron un cambio en sus vidas, uno de ellos fue el padre Juan José Gómez, rector del colegio.“Se me viene a la mente cuando escucho la canción de los ángeles: ‘Los ángeles están en ese lugar, parece que el cielo bajó o que Dios está con nosotros'. Siempre que recuerdo esa canción, mi corazón se eleva a Dios para hacer una oración por los 21 angelitos, por los familiares y por los sobrevivientes”.>> Le puede interesar: 20 años de la tragedia del Agustiniano Norte: homenaje a 21 ángeles que murieron en Bogotá
El Pico Colón es considerado el punto más alto que tiene Colombia, ubicado en la Sierra Nevada de Santa Marta, y era para Julio Bermúdez, un médico y montañista de 46 años, el sueño de su vida poder llegar a la cumbre y despegar volando en su parapente. Sin embargo, ese anhelo que tenía fue obstaculizado por una gran montaña con la que se estrelló. Por poco y pierde la vida.“No es un hobby, sino que realmente yo en mi tiempo y mis actividades cotidianas están pensadas en preparar estos viajes y buscar proyectos de montaña que me motiven para seguir adelante”, mencionó Bermúdez.Parapentistas se accidentaron en la Sierra Nevada de Santa Marta y no han podido llegar a ayudarlosLa expedición la organizó Alex Villa, un experimentado parapentista que ya había volado unos cientos de metros más abajo desde la Sierra y con quien se contactó Julio Bermúdez para ingresar al grupo que llevaría este viaje. “El plan eran seis días de ascenso de aproximación, más un día de intentar la cumbre del Pico Colón y después volar desde el glaciar del Pico Colón o desde la cumbre por todo el valle del río Palomino hasta la costa Caribe”, aseguró Bermúdez.Julio subió a la cumbre acompañado por Santiago Aparicio, uno de los guías de la expedición. Frente a ellos se extendían más de trecientos metros de roca y unas tres horas de ascenso hasta la cima, su principal objetivo. “Para un montañista, no llegar a la cumbre es no haber logrado subir a la montaña como tal”, indicó a Los Informantes.Slackline: dos hermanos colombianos desafían los límites desde las alturasEn el momento que alcanzaron esa tan soñada aventura en la cumbre solo tenían dos opciones, la primera era devolverse por el mismo camino que subieron, pero les tomaría entre tres y cuatro días. Y la segunda, que Julio abriera su parapente y bajara en línea recta hasta las playas de Palomino, esa fue la que eligió. “Lo último que recuerdo es haber pensado si esta ráfaga está muy fuerte. Me levanta el suelo y ahí yo lo último que pienso es tengo que girarme rápidamente para volver a tomar control del parapente y empezar a volar. Y ahí no recuerdo nada más”.Él es médico y de inmediato se hizo su diagnóstico, pues sabía no había sido cualquier golpe y mucho menos algo leve. “Seguramente tengo las costillas rotas, un neumotórax que es un sangrado en el espacio pleural que está colapsando mi corazón y mi pulmón derecho. También los huesos de mi antebrazo están rotos y mi clavícula, pues me duele mucho y noto cierta deformidad. No puedo usar mi extremidad derecha”, reveló Bermúdez.Carlitos Páez, sobreviviente de la tragedia de Los Andes, relata su odisea de 72 díasSantiago alertó el incidente, mientras que su esposa, Lorena, armaba desde Bogotá una misión de rescate de alta montaña sin precedentes. Todo empezó con un equipo de infrarrojo que ayudaba a detectar por calor si había algún movimiento en el área, sin embargo, fue imposible poder encontrarlos. Después de 8 horas de búsqueda, logran dar con su paradero, pero solo fue hasta los 5 días siguientes que lograron sacarlos con vida del lugar más alto de Colombia. “Vale la pena intentarlo, vale la pena trabajar por los sueños, vale la pena prepararse, vale la pena gestionar los riesgos de la mejor manera posible. Hay mucha satisfacción de vivir esas experiencias y se puede vivir la vida intensamente”, concluyó Bermúdez quien a hoy recuerda una verdadera hazaña.
Luego de la expulsión de Valerie de la Cruz, también conocida como Beba, del Desafío XX, su novio Andrés Gómez entró a la polémica y habló sobre la eliminación de su pareja del programa de Caracol Televisión.>> Vea también: Beba reaparece tras ser expulsada del Desafío XX: “Tengo muchas cosas por cambiar”Gómez dijo que el capítulo del Desafío en donde eliminaron Beba "fue complicado, se vivieron muchos altibajos, muchas emociones y muchas cosas como opiniones encontradas. Unos la apoyaron, otros no. Me gusta y es respetable. Mientras las cosas se hagan con respeto no hay lío”.También indicó que “mi mensaje desde ya es que estamos en un programa de televisión, de entretenimiento, y van a mostrar ciertas cosas que van a tocar tus emociones. Es ahí donde estamos frente a un dispositivo, donde no le hablamos a una persona de carne y hueso”.Por último, Andrés Gómez le envió las gracias “a todas las personas que apoyan a Beba, a las personas que dicen ‘he pasado en la vida por momentos así, me identifico contigo’” y también a quienes no están de acuerdo con la ahora exparticipante del Desafío XX.“Aclaro, hay cosas que corregir. Gracias a todos los haters, gracias a todas las personas que apoyan a Beba. Les digo una cosa, los que no apoyan nos están ayudando a ser más reconocidos”, puntualizó Andrés.>> Noticias sobre el Desafío XX: Beba no pudo con Andrea Serna: así paró en seco la presentadora a la participante
Han pasado 20 años y las lágrimas aún son inevitables para las familias de los 21 ángeles que murieron en el accidente de la ruta 12 del colegio Agustiniano Norte. Aún se quiebran cuando hablan del tema y muchos no se atreven siquiera a recordar ese día.El rostro de los 21 ángeles del Agustiniano Norte: sentido homenaje de Noticias Caracol