Todo empezó con una traviesa cría que jugó con una malla hasta que logró salirse, seguida por sus tres hermanos. Al final, el padre usó la misma vía para ir a buscarlos.
Contó que tuvo que ser ayudada por una psicóloga porque “no entendía quién era” y confesó que, en medio de la pandemia, llegó a cuestionarse si era feliz con la vida que llevaba.