La desaparición de Tatiana Hernández en Cartagena sigue generando acciones y llamados urgentes. Su familia anunció una nueva recompensa económica por información que permita dar con su paradero. Esta vez, el apoyo proviene de la Alcaldía de Cajicá, municipio de Cundinamarca donde residen sus padres.El nuevo aporte se suma a la recompensa ya vigente ofrecida por las autoridades cartageneras. La familia espera que este respaldo adicional motive a quienes puedan tener información clave que contribuya a la investigación.La familia de Tatiana había solicitado un apoyo de la administración municipal de Cajicá. Tras una evaluación, la Alcaldía confirmó que entregará $25 millones como parte de la recompensa. Este monto se suma a los $200 millones que ya estaban siendo ofrecidos por las autoridades en Cartagena, elevando la cifra total a $225 millones.La decisión representa un respaldo institucional importante y un mensaje claro: la búsqueda de Tatiana no se detiene.El día que desapareció Tatiana HernándezLa estudiante de Medicina, de 23 años, fue vista por última vez el domingo 13 de abril. Ese día, su madre le llevó el almuerzo al Hospital Naval de Bocagrande, donde la joven realizaba su internado como parte de su formación médica.“Salió corriendo, me recibió el paquete y fue de afán”, relató Lucy Díaz a la Nena Arrázola en Los Informantes. Más tarde, a las 8 de la noche, David Espitia, su novio en Bogotá, les contó a los padres de la médica que una compañera de la joven le confirmó que se encontraba extraviada y que habían encontrado sus sandalias y uno de sus celulares en los espolones, una zona cercana al mar. Desde entonces, no se ha sabido nada más.Objetos clave en manos de la FiscalíaLa Fiscalía General de la Nación tiene en su poder varios objetos personales de Tatiana: un computador, una tablet y dos celulares. Uno de los teléfonos fue hallado en la playa, el otro en su habitación. La existencia de dos dispositivos sorprendió a los investigadores, pero no a su madre.“¿Tiene conocimiento de que su hija utilizaba dos celulares?”, le preguntaron. “Sí, señor”, respondió Lucy Díaz. Uno de los equipos era un celular sin SIM card, que usaba como medida de seguridad tras haber sido víctima de un robo en Bogotá.Las compañeras de Tatiana colaboraron con la investigación entregando la clave de acceso al celular, lo que permitió a las autoridades revisar su contenido. Sin embargo, hasta el momento, no se ha revelado qué información contiene.La familia de Tatiana Hernández no se rindeDesde el día de la desaparición, Lucy Díaz ha encabezado marchas, repartido volantes y recorrido barrios enteros en Cartagena. “Tatiana está viva, está en un lugar oculto”, afirmó. “Tengo la esperanza y la ilusión que de pronto esté también ayudando a la gente en su estado de médico”.Tatiana estaba finalizando su carrera de Medicina y realizaba su internado en el área de ortopedia, una especialidad que la entusiasmaba bastante. Sus jornadas eran largas, pero encontraba momentos para caminar con sus colegas por el malecón, respirar la brisa marina y despejar la mente.Hasta ahora, ni la Policía ni la Fiscalía han emitido declaraciones oficiales sobre el avance de la investigación. La hipótesis más fuerte apunta a que Tatiana podría haber caído al mar, pero no hay pruebas definitivas y existen múltiples testimonios y pruebas documentales que podrían abrir nuevas líneas de investigación.El testimonio de David, su novioDavid Espitia, abogado de 26 años, tomó un vuelo a Cartagena al día siguiente de la desaparición. Desde entonces, ha acompañado a la familia en la búsqueda. “Tata es una persona que es muy responsable. Si ella salía, les avisaba a las amigas o a la señora Lucy. En su efecto también me decía a mí ‘voy a ir a tal lado’”, contó.Ese domingo, hablaron al mediodía. “Me dice, ‘amor, voy a estudiar y después voy a almorzar’”. Luego, no respondió más. “Ella se desconecta 2, 3 horas, yo decía como pues eso es lo que normalmente ella hace, pero ese día ya pasaban 4 o 5 horas y yo digo igual voy a escribirle a ver si almorzó al fin, si no, le escribo a ella y no me contesta”.Fue entonces cuando contactó a Sara, una compañera de Tatiana. “En una llamada que me hace Sara me dice ‘encontré las sandalias y encontré el celular, están aquí, están al lado del mar’ y me cuelga”.Lo que iba a ser una visita para ayudar a empacar las cosas de Tatiana al final de su internado, se convirtió en una pesadilla. Los padres de Tatiana y su novio han caminado por toda Cartagena, barrio por barrio, buscando pistas, preguntando, esperando.No hay rincón de la ciudad que no hayan visitado. Lo que comenzó como una búsqueda urgente se ha transformado en una rutina dolorosa, pero necesaria.Una recompensa como esperanzaLa nueva recompensa anunciada por la familia representa un nuevo impulso en la búsqueda. Con el respaldo de la Alcaldía de Cajicá, la cifra total asciende a $225 millones. Cualquier pista, por pequeña que parezca, puede ser la clave para resolver este caso que ha conmovido a todo el país.
Un hombre muy reconocido en Barranquilla, casado con una mujer menor que él, fue hallado muerto en extrañas circunstancias dentro de su propia casa. Se trataba de Eduardo Pinto, un destacado médico que en ese momento se desempeñaba como director de Medicina Legal. En un principio, las autoridades pensaron que el atroz crimen se trataba de un robo. Sin embargo, la investigación reveló un macabro hallazgo que cambió el rumbo del caso. El Rastro conoció el caso en 2017.“Era un buen hijo, hermano, amigo y un gran trabajador”, aseguró la madre de Eduardo Pinto, un hombre que, según su familia, era muy querido por la comunidad.Eduardo contrajo matrimonio con Dayana Jassir en 2008, y juntos tuvieron un hijo. Sin embargo, una tragedia marcaría para siempre a esta familia: el doloroso asesinato del director de Medicina Legal. Eduardo fue asesinado de tres disparos, justo cuando estaba a punto de cumplir ocho años de matrimonio con Jassir.No obstante, la relación no estuvo exenta de dificultades. A lo largo de los años, se vio marcada por altibajos, infidelidades mutuas y constantes tensiones familiares que fueron debilitando el vínculo entre ambos.El día del atroz crimenEl 4 de mayo de 2016, Rebecca, madre de Eduardo, recibió la trágica noticia del asesinato de su hijo. “Mi otro hijo me llamó y me dijo: ‘Levántate, que mataron a Eduardo’. Eran como las cuatro de la mañana. Yo no entendía nada, porque había hablado con él la noche anterior”, relató con dolor.Los familiares de Eduardo llegaron de inmediato a la Clínica Murillo, en Barranquilla, pero ya era demasiado tarde: él había fallecido.Según su esposa, Dayana Jassir, todo ocurrió durante un supuesto atraco en su vivienda, ubicada en el barrio Cevillar. La mujer declaró que había salido de la casa luego de que su conductor, Johan Beltrán, la recogiera para llevarla a su lugar de trabajo en Riohacha.Aproximadamente tres minutos después de salir de la vivienda, Dayana aseguró que fueron interceptados por un taxi del que descendieron dos hombres armados, quienes los amenazaron. Según el testimonio entregado a la Policía, ambos manifestaron que los delincuentes los obligaron a regresar a la casa, pues supuestamente querían robarla.En ese momento, uno de los asaltantes le disparó a Eduardo, causándole la muerte. Luego, los delincuentes huyeron del lugar llevándose algunas pertenencias de valor. Ambos abordaron el taxi donde los esperaba un tercer cómplice, con quien continuaron la fuga.La Fiscalía llegó al lugar de los hechos y recopiló evidencia fotográfica de la escena del crimen. Entre los elementos encontrados había un cuchillo, una almohada con tres impactos de bala y una cobija con rastros de sangre.Pistas claves de la investigaciónLas autoridades analizaron un total de 69 cámaras de seguridad en busca de pistas que permitieran identificar a los responsables del asesinato del director de Medicina Legal. En las grabaciones, se logró observar el momento exacto en que un taxi intercepta el vehículo en el que se desplazaba la esposa de la víctima.“Cuando el taxi intercepta al otro vehículo, en ningún momento se evidencia un acto de violencia ni se observa que uno de los vehículos bloquee al otro. Tampoco se ve ningún tipo de arma de fuego”, explicó el investigador, y agregó que “ellos manifestaron que habían sido ultrajados y amenazados con armas, pero eso no se logró observar”.La Policía logró identificar las placas del taxi, el cual estaba registrado a nombre de Miguel Ángel González. Durante la investigación, se descubrió que González tenía antecedentes criminales con Jesús Gutiérrez, alias ‘Chucho’ y Alberto Mario Cabrera, alias ‘Ñeco’. Todo apuntaba a que él, junto a los otros dos sujetos, eran los presuntos responsables del asesinato del director de Medicina Legal.Las autoridades interceptaron los celulares de los presuntos señalados, ahí hallaron llamadas telefónicas el día de los hechos con Johan Beltrán, conductor de Dayana Jassir.Macabro planEl 23 de junio de 2016, un mes después del atroz crimen, la Dijín capturó a Miguel Ángel González, Jesús Gutiérrez y Johan Beltrán. Durante las audiencias contra estos tres hombres, salió a la luz la suma de dinero que se habría pagado por el asesinato de Eduardo Pinto."Me enteré de que por el asesinato de Eduardo pagaron $2.900.000. Eso me dio muy duro. Era una porquería de plata", expresó Rebecca, madre de la víctima, conmovida por el atroz crimen.Antes de que se realizara la imputación de cargos, Johan Beltrán brindó unas declaraciones que cambiaron el rumbo de la investigación sobre este trágico asesinato. El sujeto vinculó a otra persona en el crimen. Además, en su testimonio, alias ‘Chucho’ también llamó la atención sobre la actitud sospechosa de la esposa del director de Medicina Legal.Johan no solo declaró que Dayana Jassir fue quien ordenó el asesinato de su esposo, sino que también afirmó que ella entregó el dinero para llevar a cabo el crimen. Además, la investigación reveló que entre Dayana y Johan existía una relación amorosa clandestina.“Ella de inocente no tiene nada. Ella fue la que planeó la muerte de Eduardo y lo entregó. Ella tiene que aprender que los hombres se respetan”, dijo Rebecca. Además, señaló que “tiene que pagar la muerte de Eduardo. Ella de ahí no va a salir. Ella tiene que pagar y yo espero que la condenen. Eduardo no merecía morir de la manera en que murió”.El 23 de noviembre de 2016, alias ‘Ñeco’, ‘Chucho’, Miguel González y Johan Beltrán fueron condenados por la justicia. Todos aceptaron los cargos y recibieron una pena de 19 años de prisión, con excepción de ‘Ñeco’, quien fue sentenciado a 17 años.Dayana Jassir permaneció detenida en la cárcel de mujeres de Barranquilla mientras esperaba su juicio. En noviembre de 2024, un juzgado penal del circuito de Barranquilla, en fallo de primera instancia, la absolvió. Sin embargo, la decisión fue apelada y posteriormente revocada por el tribunal superior, que la condenó a 57 años y 6 meses de prisión.La madre de la víctima nunca creyó en la inocencia de Dayana. Por el contrario, expresó con contundencia: “La odio, pero aun así no la quiero muerta. La quiero viva, sufriendo. Yo lloro a Eduardo todos los días, pero ella tiene que llorarlo más que yo”.
En un pequeño pueblo de Connecticut, Estados Unidos, la colombiana Nathalie Jacob y su esposo Simon Gilbert reconstruyeron su vida tras una experiencia que los cambió para siempre. Ella, una colombiana exitosa, políglota, con una maestría en Administración de Empresas y una carrera brillante en diferentes multinacionales, pasó de liderar equipos y manejar finanzas a no poder escribir su nombre ni reconocer los números. Todo comenzó con un accidente aparentemente inofensivo mientras esquiaba, pero terminó revelando un diagnóstico que cambiaría su vida para siempre: un tumor cerebral.“Iba bien rápido, sin casco, no me pasó nada, pero por si acaso cuando regresé a Miami me fui a revisar el dedo porque el dedo lo tenía morado”, relató Nathalie a Los Informantes en el 2023. Lo que parecía una simple revisión médica terminó en una noticia inesperada: “tienes un meningioma intraventricular, recomendamos que te lo quites lo más rápido posible porque está creciendo”, recordó.La cirugía fue programada con rapidez. El pronóstico era optimista: recuperación en tres semanas, bajo riesgo de complicaciones. Pero la realidad fue otra. “Entré esa cirugía y cuando me desperté no podía leer, no podía escribir, no podía sumar dos más dos, no podía parar de reírme porque yo estaba yo ahí sentada en la cama y no podía ni siquiera escribir mi nombre”, contó.En el cerebro de una niña de ocho añosLa operación, que debía ser un procedimiento sin mayores complicaciones, le dejó secuelas profundas. Nathalie despertó con una desconexión total de sus habilidades cognitivas. “Me dan un lápiz y me dicen que escriba mi nombre y yo dibujo un círculo”, recordó. Su percepción del mundo se alteró por completo: “me dicen ‘¿qué número tiene esa puerta?’ y yo ‘ocho’, entonces me llevan al siguiente cuarto y me dicen ‘¿y ese?’ y yo ‘ocho’”.Ese número, el ocho, se convirtió en símbolo de su nueva vida. “Por eso el título de mi libro es 8: redescubriendo la vida después de un tumor cerebral”, explicó. En numerología, el ocho representa nuevos comienzos, y para Nathalie, fue exactamente eso: un renacer.“El cerebro se convirtió en cerebro de una niña de dos años y fue espectacular porque era ver la vida como una niña de dos años, yo lo único que quería era que me dieran libros para colorear y durante horas yo coloreaba feliz”, relató.La vida después de la cirugíaSimon, su esposo, quedó en shock al verla salir del quirófano. Ella, una mujer que hablaba tres idiomas, tenía una maestría y había vivido en más de cinco países ahora no podía reconocer su entorno ni caminar sin tropezarse. “Recién llegaba a la casa me estrellaba con todas las paredes, no podía servir una taza de agua, me caía en un escaloncito”, recordó Nathalie.Además de perder habilidades cognitivas, perdió parte de su visión. “Los ojos están perfectos, es el cerebro que no reconoce que ve, entonces yo no veo nada con los dos ojos hacia la derecha”, explicó. Esta condición, conocida como hemianopsia, la dejó con una discapacidad invisible pero profundamente limitante.El síndrome raro y la lucha por reaprenderLo que Nathalie experimentó fue un síndrome neurológico extremadamente raro. “Es como un síndrome que pasó después de la cirugía y es algo extremadamente raro o exótico que pase”, afirmó. Este trastorno afectó su lenguaje, su capacidad para hacer cálculos simples y hasta su orientación espacial.Pero Nathalie no se rindió. Se obsesionó con reaprender, letra por letra, lo que su cerebro había olvidado. “Con mucho esfuerzo logré volver a escribir y a leer otra vez, pero después llega un tiempo donde uno tiene una curva de recuperación, pero llega a un techo que ya no recuperas más”, explicó. Aunque logró sumar, nunca pudo volver a multiplicar ni dividir.De la independencia a la dependenciaLa pérdida de sus habilidades cognitivas también significó un cambio radical en su vida profesional y personal. “Perder mi cerebro era perder esa independencia”, confesó. De ser la principal proveedora del hogar, pasó a depender económicamente de su esposo. Su rol en la familia cambió, y con ello, su identidad.Aunque físicamente parece recuperada, su cerebro se fatiga con facilidad. Tareas simples pueden convertirse en desafíos abrumadores. Aunque se le vea moverse de un lado al otro, su cerebro se fatiga con facilidad y algo muy sencillo se le convierte en una tormenta.La maternidad, un nuevo motor de su vidaEn medio de la adversidad, Nathalie encontró una nueva motivación: su hija. La maternidad, lejos de ser un obstáculo, se convirtió en un nuevo e inspirador propósito. Natalie convirtió su discapacidad en una oportunidad para tener más tiempo con su hija y también para ayudar a otros.Nathalie decidió compartir su historia, sin miedo a mostrar sus debilidades. Creó grupos de apoyo en Facebook que hoy reúnen a más de 10.000 personas. También da charlas y entrevistas, y escribió un libro para que su hija, algún día, entienda todo lo que vivió.“Haber pasado por una experiencia así es tremenda lección de humildad, entonces descubrí que lo que me gusta y lo que me hace feliz hoy en día es ayudar a las otras personas”, concluyó.La historia de Nathalie Jacob es recordatorio de que, incluso cuando la vida se vuelve un ocho, siempre hay una forma de volver a empezar.
La desaparición de Tatiana Hernández, estudiante de Medicina de 23 años, sigue siendo un misterio que conmueve a Cartagena y al país entero. Desde el 13 de abril, cuando fue vista por última vez saliendo del Hospital Naval en el barrio Bocagrande, su familia no ha dejado de buscarla. Ahora, más de un mes después, la Fiscalía ha entregado a sus familiares los dispositivos electrónicos que fueron sometidos a análisis forense en Bogotá: dos celulares, un computador portátil y una tablet.Según informó el diario El Tiempo, los equipos permanecieron durante semanas en un laboratorio del CTI, donde expertos en informática forense extrajeron una cantidad considerable de información: una tera en total. Sin embargo, hasta el momento, los resultados de ese análisis no han sido compartidos con la familia.“Solo sabemos que en el laboratorio dicen que encontraron en total una tera de información. Aún no nos han entregado los resultados, se supone que tienen que enviar esos hallazgos devuelta a la Fiscalía de Cartagena”, dijo Lucy Díaz, madre de Tatiana, al periódico.¿Qué contiene ese tera de información?De acuerdo con los investigadores citados por El Tiempo, en la copia forense de los dispositivos hay mensajes, chats, fotos y contactos que están siendo revisados cuidadosamente. La búsqueda se ha centrado especialmente en las últimas llamadas y comunicaciones que Tatiana pudo haber tenido antes de desaparecer.Los dispositivos fueron trasladados a Bogotá con el objetivo de cruzar la información digital con los testimonios recogidos por las autoridades. La esperanza es que entre esos datos pueda haber alguna pista que permita reconstruir los últimos movimientos de la joven o identificar a personas clave en su entorno.El hallazgo del segundo celularUno de los elementos que más llamó la atención en el proceso de recolección de pruebas en este caso fue el hallazgo de un segundo celular en la habitación de Tatiana Hernández tras una inspección luego de su desaparición. La existencia de este dispositivo fue confirmada por su madre a Los Informantes, quien explicó que se trataba de un aparato sin tarjeta SIM, que ella misma le había entregado a su hija tras un robo ocurrido en Bogotá.“Entonces es cuando el señor me dice que esa misma noche fueron a la habitación donde estaba Tatiana a revisar qué encontraban y encontraron su computador, su tablet. Se sorprenden porque encuentran un segundo celular. El investigador me dice, ‘¿Tiene conocimiento de que su hija utilizaba dos celulares?’ Yo le digo, ‘Sí, señor’”, relató Lucy Díaz en entrevista con la Nena Arrázola en el informativo de Caracol Televisión.Este segundo celular, aunque aparentemente no estaba en uso activo, también fue incluido en el análisis forense. Lo hallado, al igual que en el resto de los dispositivos, permanece bajo reserva.Una desaparición sin pistas clarasTatiana Hernández desapareció el domingo 13 de abril. Ese día, su madre le llevó el almuerzo al hospital donde hacía su internado. “Ella salió corriendo, me recibió el paquete y fue de afán”, contó Lucy. Horas más tarde, el novio de Tatiana, David Espitia, al no recibir respuesta a unos mensajes que le había enviado horas tardes decidió comunicarse con Sara, una compañera de ella, quien le comentó que Tatiana había salido, pero que iría a buscarla.Más tarde, David recibió una llamada de Sara quien le contaba que habían encontrado las sandalias y celular de la joven médica en los espolones, una zona costera de Cartagena donde solía caminar con sus colegas, pero no había rastro de ella, por lo cual decidió alertar a los padres de Tatiana.Desde entonces, no se ha sabido nada más de ella. La familia ha recorrido barrios, pegado volantes, organizado marchas y hablado con medios de comunicación. La angustia no ha disminuido, pero tampoco la esperanza.“Tatiana está viva, está en un lugar oculto. Tengo la esperanza y la ilusión que de pronto esté también ayudando a la gente en su estado de médico”, dijo su madre.¿Quién es el novio de Tatiana Hernández?David Espitia, abogado de 26 años, ha estado presente desde el primer momento. Al día siguiente de la desaparición, tomó un vuelo desde Bogotá y se unió a la búsqueda. “Ella va a volver y todo esto va a ser un capítulo que es una pesadilla, pero que vamos a superar todo esto”, dijo en entrevista con Los Informantes.David relató que ese día hablaron al mediodía. Tatiana le dijo que iba a estudiar y luego almorzar. Después, no volvió a responder. “Tata es una persona que es muy responsable. Si ella salía, les avisaba a las amigas o a la señora Lucy. En su defecto, también me decía a mí ‘voy a ir a tal lado’”, explicó.La Fiscalía no ha emitido comunicados oficiales sobre los avances de la investigación. La familia, por su parte, sigue aferrada a la posibilidad de encontrarla con vida.
Una mujer colombiana fue sentenciada en Florida, Estados Unidos, a pasar más de dos décadas en una cárcel federal por su participación en el secuestro y robo de dos militares estadounidenses que se encontraban en servicio en Bogotá, Colombia, según informó el Departamento de Justicia del país norteamericano. Según documentos judiciales, los dos militares se encontraban departiendo en un bar en la capital colombiana cuando la condenada y uno de sus cómplices se acercaron y, sin su conocimiento, les pusieron drogas en sus bebidas para incapacitarlos.La mujer, identificada como Kenny Julieth Uribe Chiran, de 35 años, fue condenada a 262 meses, 21 años y ocho meses de prisión, por su participación en el ataque a los dos soldados estadounidenses el 5 de marzo del 2020. Luego de drogarlos, los soldados fueron llevados a un lugar desconocido, donde les robaron sus objetos de valor, incluyendo la información de sus tarjetas de crédito y débito, para después abandonarlos en la calle en lugares separados.Los acusados utilizaron la tarjeta de crédito de una víctima y la tarjeta de débito de la otra para realizar compras y retirar dinero. Los exámenes médicos confirmaron la presencia de benzodiazepinas en el organismo de los dos soldados. La mujer se declaró culpable en marzo pasado por cargos de conspiración para secuestrar a una persona con protección internacional.En el caso también fueron acusados los colombianos Pedro José Silva Ochoa y Jeffersson Arango Castellanos, extraditados a Estados Unidos desde Chile y Colombia, respectivamente. Al igual que Uribe Chirán, los hombres se declararon culpables, Silva Ochoa fue condenado a 27 años y tres meses de prisión y Arango Castellanos cumple una sentencia de 48 años y 9 meses.“No se tolerarán secuestros ni agresiones contra militares estadounidenses. A quienes se atrevan a cometer actos tan reprensibles contra los héroes estadounidenses, sepan esto: los identificaremos, los encontraremos y los procesaremos con la mayor agresividad posible”, dijo el fiscal federal para el Distrito Sur de Florida, Hayden P. O’Byrne para el Distrito Sur de Florida en un comunicado.¿Cómo fue el crimen?El 5 de marzo de 2020, sobre las 11:00 de la noche, los dos soldados entraron a un bar ubicado en la Zona T de Bogotá. Según la declaración jurada de un agente del FBI, aproximadamente a la misma hora, Uribe y Arango fueron vistos entrando al mismo establecimiento. Alrededor de la 1:00 de la mañana, uno de los soldados fue visto bailando con una mujer en el bar. Arango lo lleva después a otro lugar dentro del bar.Sobre las 2:00, se vio al soldado salir tambaleándose. Los hoy condenados lo siguieron. Más adelante los soldados se vieron caminando con los colombianos. Se vio a Uribe y a los dos soldados subiendo a un automóvil Renault por la puerta trasera. Arango se acercó a un vendedor ambulante antes de regresar al automóvil y subirse por la puerta delantera del copiloto antes de que este se marchara. Los videos fueron piezas claves para el caso.Uribe y Arango usaron varios cajeros automáticos. Retiraron efectivo con las tarjetas de crédito y débito de los soldados. Asimismo, utilizaron una de las tarjetas American Express de una de las víctimas para pagar una bebida y otro artículo en una cafetería de un centro comercial. Tras identificar a Arango, las autoridades colombianas intervinieron su teléfono y se llegó a la conclusión que el robo de los soldados era planeado y ya lo habían hecho antes a otras víctimas.Tras los primeros hallazgos, Uribe y Arango fueron capturados a finales de 2020, pero su condena no se dio hasta ahora. Durante los interrogatorios, se dijo que los soldados consumieron drogas como cocaína ofrecida por los criminales.MATEO MEDINA ESCOBARNOTICIAS CARACOL*Con información de EFE
El caso del secuestro del niño Lyan Hortúa, quien fue liberado en la tarde del pasado miércoles 21 de mayo, ha generado una ola de rechazo en el país por la brutal manera como fue raptado de su hogar en Jamundí, Valle, y los días que pasó en cautiverio.Dos días después de su liberación, el presidente Gustavo Petro se refirió al caso y manifestó que “Lyan no tiene la culpa” y agregó que “como niño debe ser respetado”. En su consideración, aseguró que “los secuestradores, posiblemente del Estado Mayor Central (disidencias de las Farc) solo mostraron que están en la lógica típica de los narcotraficantes”.Para Petro, hay que proteger los derechos del niño, “que hoy está libre y sano y salvo”, añadió el mandatario sobre este caso que tiene consternados a los colombianos. Mientras avanza la investigación del grupo delincuencial, el caso tuvo un giro en la mañana de este jueves.Un pariente del padrastro de Lyan fue asesinadoEl familiar que entregó el dinero para la liberación del niño colombiano Lyan José Hortúa, quien fue secuestrado durante 18 días, fue asesinado este jueves en el Valle del Cauca. Así lo informó este jueves el personero de Cali -encargado de defender los derechos humanos y velar por el cumplimiento de la ley-Gerardo Mendoza, en diálogo con Noticias Caracol. Se trata de Antonio Cuadros, quien era el primo del padrastro del menor.A Cuadros lo asesinaron en un ataque sicarial en la mañana del jueves cuando varios disparos alertaron a los transeúntes y vecinos del barrio Bretaña, ubicado en Cali. Según trascendió, hombres en una motocicleta habían atacado por la espalda al sujeto, quien tenía entre 30 y 35 años de edad aproximadamente. La mujer quien lo acompañaba también resultó herida en los hechos.De acuerdo con Mendoza, Cuadros habría tenido un papel clave en la liberación del niño. Al parecer, fue el familiar quien les entregó el dinero por la liberación de Lyan. Además, se habla de una millonaria suma de plata para que el menor quedara en libertad. “Todo es un acto repudiable, la muerte no puede hacer carrera en el territorio", añadió.Testigos del hecho manifestaron que Antonio Cuadros fue atacado cuando se encontraba departiendo algún alimento. "Llegó un sujeto y por la espalda lo atacó y comprometió su vida con unos impactos de bala", señalaron. Las autoridades también indagan quién está detrás del hecho y la relación o nexo que tiene este sicariato con el caso del niño.Luego de 18 días de tenerlo en su poder, los secuestradores lo dejaron en libertad este miércoles con la mediación de la Defensoría del Pueblo. Según las autoridades, detrás del crimen está un grupo disidente de las Farc que opera en la zona. No obstante, otras versiones apuntan a que podrían estar involucrados Los Rastrojos por retaliaciones contra la familia del niño y una vieja vendetta contra el papá, identificado como José Leonardo Hortúa, alias Mascota, quien fue asesinado en el 2013. El hombre, además, era uno de los cabecillas más peligrosos de la extinta organización narcotraficante ya mencionada.Angie Bonilla, madre de Lyan, durante los días del secuestro, siempre mostraba su desesperación por el paradero del pequeño y por sus condiciones de salud, teniendo en cuenta la enfermedad respiratoria que lo aqueja. En diálogo con medios de comunicación, tras la liberación, manifestó que “esto es un milagro de Dios”. También expresó que sintió “una felicidad muy grande”. “Muchas gracias a todos. Quiero abrazarlo", pronunció entre lágrimas el pasado miércoles.CRISTIAN ÁVILA JIMÉNEZNOTICIAS CARACOL
El Servicio Geológico Colombiano registró un temblor de magnitud 4,7, con profundidad superficial, a las 11:56 p. m. del jueves 22 de mayo. El epicentro se ubicó en el océano Pacífico y fue percibido en los municipios de Timbiquí, López de Micay y Guapi.Varios usuarios reportaron haber sentido el movimiento telúrico que despertó a muchos en plena madrugada. Hasta el momento, las autoridades no han informado sobre daños materiales ni personas afectadas. Por su parte, el Servicio Geológico Colombiano ha registrado tres sismos durante la madrugada del viernes 23 de mayo.El primero se presentó en Dabeiba, Antioquia, a las 2:10 a. m., con una magnitud de 2,1 y profundidad superficial. Los otros dos ocurrieron en Los Santos, Santander: uno a las 3:16 a. m., con magnitud 2,3 y profundidad de 136 km; y otro a las 4:03 a. m., también de magnitud 2,3 y profundidad de 144 km.Como bien se sabe, Colombia es un país sísmicamente activo dado que se encuentra sobre el punto de convergencia de tres placas tectónicas: la Sudamericana, la de Nazca y la Caribe. En el caso del sismo de anoche, ocurrido en el océano Pacífico, este se debe a la interacción entre la placa de Nazca y la Sudamericana. En esa zona, la placa oceánica se está subduciendo (hundiendo) por debajo de la continental, lo que genera acumulación de energía y, eventualmente, temblores, según información dada por el SGC.Noticia en desarrollo...
El fútbol en Europa poco a poco está cerrando su telón, y para este viernes 23 de mayo, vuelve a destacar el Europeo Sub-17 y comienza una nueva jornada en la Serie A. Precisamente en el popular 'calcio' entra en acción Cagliari, equipo que tiene en sus filas al defensor colombiano Yerry Mina y que además acaba de extenderle su contrato hasta el 2028. Los 'isleños' visitan al Napoli en el Diego Armando Maradona. Partidos HOY, viernes 23 de mayo del 2025:EquiposHora/CanalBélgica vs. República Checa11:00 a.m. - Europeo Sub-17 - UEFA TVItalia vs. Inglaterra1:30 p.m. - Europeo Sub-17 - UEFA TVNapoli vs. Cagliari1:45 p.m. - Serie A Italiana - Disney+ Premium
En 2015, 196 países firmaron el Acuerdo de París, comprometiéndose a controlar el calentamiento global y así evitar al máximo sus efectos, entre los cuales está el colapso de los glaciares de Groenlandia y la Antártida. Sin embargo, un nuevo estudio concluyó que, incluso alcanzado las metas acordadas en este tratado, no se podrían evitar "catastróficas consecuencias" en las capas del hielo del planeta. El estudio, llamado 'Un calentamiento de +1,5 °C es demasiado alto para las capas de hielo polares', fue publicado en la revista científica Nature Climate Change y está liderado por la Universidad de Bristol (Reino Unido) y la Universidad de Innsbruck (Austria). La investigación estudió cuál sería el "límite seguro" de la temperatura global en el cual los glaciares podrían sobrevivir, teniendo en cuenta que en el Acuerdo de París se dijo que lo ideal sería mantener los niveles a 1,5 grados Celsius por encima de los niveles preindustriales.Sin embargo, el estudio indicó que "la pérdida de masa de las capas de hielo de Groenlandia y la Antártida se ha cuadruplicado desde la década de 1990", por lo que el límite de 1,5 grados no sería suficiente. Incluso, si el mundo mantuviera su nivel actual de 1,2 grados probablemente no se podría evitar que los glaciares se derritieran, teniendo peligrosos efectos. Las consecuencias en las costas del colapso de los glaciaresSegún CNN, el derretimiento de las capas de hielo es la principal causa del aumento del nivel del mar, cuya tasa se ha duplicado en los últimos 30 años. El incremento en este nivel es una amenaza para quienes viven en las costas, es decir, alrededor de 230 millones de personas en el mundo que subsisten a menos de un metro sobre el nivel del mar. Las capas de hielo de Groenlandia y la Antártida contienen la cantidad de agua dulce suficiente para elevar el nivel del mar global en unos 65 metros, por lo que el estudio dice que tan solo pequeños cambios en estas capas de hielo alterarían profundamente las costas globales, causando daños que superan los límites de adaptación.“El aumento del nivel del mar no se frena con 1,5 grados. De hecho, se observa una aceleración bastante rápida”, afirmó Chris Stokes, autor del estudio y glaciólogo de la Universidad de Durham, para CNN. Los científicos explicaron que el nivel del mar podría aumentar un centímetro al año para finales del siglo, es decir, 101,6 centímetros en 100 años. “Se observará una migración terrestre masiva a escalas nunca vistas desde la civilización moderna”, aseguró para el medio citado Jonathan Bamber, también autor del estudio y glaciólogo de la Universidad de Bristol.En ese sentido, los investigadores del estudio concluyeron que los límites del Acuerdo de París deberían replantearse, probablemente igual o menos a un grado Celsius sobre los niveles preindustriales: "La adopción del principio de precaución es imperativa y se requiere una temperatura media global más fría que la actual para mantener las capas de hielo en equilibrio". ¿Cuánto tardarían los glaciares en recuperarse?La investigación forma parte de 'Provide', un proyecto de la Unión Europea que estudia las repercusiones de los "rebasamientos" climáticos, es decir cuando el calentamiento supere los 1,5 °C antes de comenzar a disminuir, un periodo que se cree tendrá lugar a mediados de siglo o incluso antes. El estudio evaluó la evolución de los glaciares en un escenario de fuerte rebasamiento en el que las temperaturas globales siguen aumentando hasta alcanzar los 3°C en 2150, antes de descender hasta los 1,5 °C en 2300 y estabilizarse. El objetivo era descubrir si los glaciares pueden recuperarse si el planeta vuelve a enfriarse, y concluyeron que, si estas capas de hielo llegaran a colapsar, su recuperación tardaría siglos. "Es una pregunta que se hace mucha gente: ¿volverán a crecer los glaciares durante nuestra vida o la de nuestros hijos? Nuestros hallazgos indican que lamentablemente no", dijo Fabien Maussion, profesor asociado en la Universidad de Bristol.LAURA VALENTINA MERCADONOTICIAS CARACOL DIGITALlmercado@caracoltv.com.co*Con información de EFE