La manifestación se realiza cada 14 de junio y, aunque en los primeros años la participación era modesta, esta vez unos 4 millones salieron a las calles.
La reclamación se da por un contrato suscrito entre la multinacional suiza y la nación en 1989 para la explotación de la mina Calenturitas, en el Cesar.
David Goodall viajó a Suiza para morir, pues en su país se negaron a cumplirle este deseo. No tenía una enfermedad terminal, pero quería irse a descansar.
De los US$38,4 millones, que han sido aportados por Noruega, Suecia y Suiza, no se ha ejecutado un solo dólar, administrado por el Banco Interamericano.