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Prostitución y explotación sexual: problemática que lesiona a Cartagena como destino turístico

Hay mafias que se dedican a la trata de personas, especialmente de menores, y el microtráfico. La migración y la pandemia han hecho más visible esta problemática.

Prostitución y explotación sexual en Cartagena: una problemática que lesiona la imagen de la ciudad

La imagen de turismo responsable tradicionalmente asociada a Cartagena dio un vergonzoso e inesperado vuelco en la última década. “Mucha inmoralidad. Aquí hay de todo, lo que va en contra de las buenas costumbres”, dice Felipe Aguilar, habitante de Cartagena.

La ciudad conserva la etiqueta de primer destino turístico de Colombia, pero fenómenos como la prostitución y la explotación sexual de menores lesionan su prestigio.

“En la noche hay mucha prostitución travesti, de todo, ahí debajo en el reloj público, que ese era un punto de encuentro del pueblo cartagenero”, explica Wilman Enrique Herrera.

El fenómeno migratorio elevó la cifra del comercio sexual y el periodo crítico de la pandemia del COVID-19 lo hizo más visible.

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“Aquí no se ataca el fenómeno de la prostitución porque esta no es un delito, lo que estamos atacando nosotros, de manera frontal, es todo lo que tiene que ver con delitos de índole sexual, es decir, la explotación sexual como tal, el proxenetismo, sobre todo cuando hay menores de edad involucrados”, indica Nicolás Zapata, comandante de Policía de Cartagena.

Detrás del rentable negocio del sexo, las autoridades descubrieron un entramado criminal.

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Así lo explica Paola Pianeta, secretaria de Gobierno de Cartagena: “No es solamente el ejercicio libre de prostituirse, sino que detrás de eso hay unas redes de tratantes que son las que están haciendo de esto un negocio y una mafia”.

Analistas creen que las mafias de proxenetas consolidaron su actividad clandestina por carencia de iniciativas públicas de seguridad.

En tiempos de la Colonia, Cartagena resistió los ataques de piratas y corsarios. Ahora soporta la embestida de los nuevos mercaderes de la ilegalidad turística, que se han tomado hasta sus atractivos más emblemáticos.

“De ninguna manera reconocemos lo que es el mal denominado turismo sexual como un producto. Nosotros promovemos para que el viajero disfrute de este destino, en muchas y múltiples perspectivas, de naturaleza, de cultura, que disfrute el patrimonio”, explica Natalia Bohórquez, presidenta de la Corporación de Turismo de Cartagena.

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La ciudad aún seduce por su belleza natural y esplendor histórico, pero los bajos placeres también atraen nuevos visitantes.

“A veces preguntan que si no les pueden conseguir por ahí unas niñas, esas cosas y tal. Pero yo no me presto para eso”, indica Luis Ángel Castaño, guía turístico.

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Autoridades, comerciantes y servidores del gremio turístico unificaron la estrategia para erradicar la explotación sexual y sus delitos asociados.

“El servicio de prostitución y el tema de drogadicción, pues le decimos no a este tipo de solicitudes, porque Cartagena se debe promocionar es por lo que tenemos, por lo linda que es nuestra ciudad”, explica el presidente de la Asociación de Taxistas de Cartagena.

A la par de la prostitución, marchan la distribución y consumo de estupefacientes.

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