Acemi, Asociación Colombiana de Empresas de Medicina Integral, lanzó una alerta en las últimas horas sobre una crisis de medicamentos. Son cerca de 1.200 insumos que no se consiguen, entre ellos drogas urgentes para la hipertensión arterial, para el dolor y para tratamientos de cáncer, entre otras enfermedades.
También, medicamentos tan básicos como el acetaminofén, el ibuprofeno y el diclofenaco.
Noticias Caracol le preguntó a Paula Acosta, presidenta de Acemi, una asociación que lleva varios años alertando sobre esta problemática. Ella advierte que el problema está por agravarse.
¿Por qué la escasez de medicamentos?
Son 1.200 principios activos de condiciones diversas. Se suman varias condiciones, algunas de orden internacional y otras se podrían ordenar internamente.
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Llevamos siete meses pidiéndole al Gobierno nacional que tome medidas para que se puedan acelerar. Hay temas de registros sanitarios que están demorados, hay autorizaciones del Invima que se deberían mover mucho más.
También hay temas de nivel internacional en los que se necesitan un canal prioritario para que estos medicamentos puedan llegar a tiempo.
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¿En qué enfermedades son claves estos medicamentos?
Destaco todos los medicamentos de enfermedades huérfanas para los que se requiere una continuidad, para trastornos mentales, para condiciones cardiovasculares que las personas toman a diario.
Hay cerca de unos diez grupos de enfermedades crónicas que requieren una atención particular y ese es el llamado a las autoridades. Las EPS tenemos la obligación de distribuir estos medicamentos, la gente llega a los dispensarios y no los encuentran. Necesitamos, más que buscar culpables, buscar soluciones. Esto se está convirtiendo en un problema de salud pública.
Hay medicamentos tan básicos como el acetaminofén, donde hay una producción pero la demanda es mucho más grande. Y esa es otra explicación a esta problemática, que la demanda se ha venido incrementando.
¿En caso de que no se den esas medidas qué puede pasar?
Lo que se está haciendo es que si no se encuentra un medicamento se busca cuál es la alternativa que lo podría sustituir y se le informa a toda la red de prestadores para que se medique aquellos principios activos de los que sí hay disponibilidad.
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En otros casos se tienen que programar una nueva consulta para cambiar el medicamento porque definitivamente no se está obteniendo.
La última vez que nos pudimos sentar con el Ministerio de Salud para hablar de este tema fue en septiembre. Este es un llamado de alerta sobre la necesidad de avanzar.
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