Muchos han tenido la sensación de estar enfermos, de haberse contagiado o de estar incubando el virus. Y esto, en ciertos casos, puede ser resultado no del COVID-19 sino de la presión emocional y el miedo que han traído los cambios de esta pandemia: se somatiza.
El coronavirus ha impactado no solo en la salud física, también, de manera significativa y profunda, en la salud mental de las personas.
Así lo explica el psiquiatra Felipe Villegas: "Aumento de la depresión, aumento de la ansiedad, aumento de la conducta suicida, de la somatización, tanto en pacientes que no tenían enfermedades mentales, como en las que sí tenían preexistencia de las mismas”.
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Además, porque a la preocupación por la crisis sanitaria o posibilidad de un contagio, se suman las de los problemas económicos, laborales, familiares.
"Estamos en un contexto complejo, en una pandemia que no habíamos vivido en los últimos cien años, con un exceso de información, con muchos problemas económicos y sociales y básicamente eso se puede resumir en algo que se llama incertidumbre", enfatiza el experto.
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Los sentimientos de tristeza, ansiedad o estrés pueden manifestarse físicamente de diferentes maneras: "aumento de la frecuencia cardiaca, dificultad para respirar, dolor torácico, malestar intestinal, adormecimiento de extremidades. Esto es muy similar a lo que nos pasa con los síntomas del COVID, algunos se pueden confundir y eso es lo que está ocurriendo".
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En cualquier caso, si estas manifestaciones son o no causadas por las emociones o por el virus, es pertinente tener un concepto médico.
Si definitivamente son resultado de somatizar, también hay forma de aliviarlo: “tratar de entender qué parte de esto síntomas son una respuesta psicológica a estas amenazas y que a medida que lo asimilemos, los síntomas deberías disminuir y mejorar".
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En algunos casos puede ser necesario el uso de medicamentos que le ayuden a sentirse más tranquilo y, por ejemplo, a dormir más. Pero, recuerde no automedicarse.
Importante el autocuidado: actividad física y buena alimentación. Además, las técnicas de relajación y respiración.
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Es posible que tanta información y, a veces tan confusa, nos lleve a cuadros psicosomáticos, así que es necesario desconectarse y, como se cuida la salud física, cuidar también la mental.