Pueden alertar sobre bajas de azúcar en la sangre y, además, son compañía ideal para pacientes con convulsiones o personas con autismo.
Conozca la historia de Maya, una niña de 12 años que sufre de epilepsia y autismo. A ella le asignaron a Buddy, un perro de compañía con el que desarrolla vínculos especiales.
Estos animales brindan asistencia y seguridad a los pacientes, sobre todo, cuando están en lugares públicos.
Aunque Buddy no está totalmente capacitado para quedarse a solas con Maya, comparten tiempo juntos y fortalecen sus lazos de amistad.
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