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Diego Alejandro Gutiérrez Figueredo tenía 22 años, estudiaba contaduría pública en la Universidad Javeriana y había fundado una empresa de jugos. Era un joven emprendedor que soñaba con seguir los pasos de su madre en el mundo de la contaduría. El 7 de octubre de 2021, viajó desde Bogotá a Cartagena con familiares y amigos para disfrutar de unas vacaciones. Horas después de llegar, murió electrocutado en una zona turística de la ciudad amurallada. Séptimo Día investigó.
Su madre, Ivette Figueredo Enciso, aún recuerda con dolor la llamada que recibió desde Cartagena. “La esposa de mi primo coge el celular y me dice que Diego Alejandro falleció”, relató. La noticia la dejó destrozada. Junto a su esposo, viajó de inmediato a Cartagena para recibir el cuerpo de su hijo y entender qué había ocurrido.
Andrés Díaz, el mejor amigo de Diego Alejandro, fue testigo del momento en que ocurrió el accidente. “Así nosotros íbamos abrazados caminando cuando ya de un momento a otro fue que estábamos en el piso, subieron a Diego a un taxi, me ayudaron a poner de pie, me subieron a un taxi, nos fuimos para la clínica”, recordó.
En la clínica, Andrés estuvo consciente todo el tiempo, pero Diego llegó en estado crítico. A las pocas horas, falleció.
Ivette, al llegar a Cartagena, se dirigió al lugar del accidente. Allí descubrió que una cuerda de energía había causado la electrocución. “Ahí hay una reja y ese cable estaba tocando esa reja y eso hace como una magnetización del lugar. A lo que ellos entren ahí o dan el paso hacia ese lugar, porque ahí no había nada que dijera por acá no puede pasar, cuando ellos llegan al lugar reciben la descarga”, explicó.
La empresa Afinia, encargada del servicio de energía en Cartagena, fue señalada por la familia como responsable del accidente. “La empresa responsable es Afinia y ellos pues eran los encargados del servicio público”, afirmó la madre.
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Según Ivette, la empresa falló en su deber de mantener sus redes eléctricas en condiciones seguras. El cable que causó la muerte de Diego era de media tensión, con una carga estimada entre 7.500 y 10.000 voltios. Esta situación, según la familia, representa una violación al Reglamento Técnico de Instalaciones Eléctricas (RETIE), que exige inspecciones periódicas y medidas de seguridad para evitar este tipo de incidentes.
Séptimo Día acompañó un experimento realizado por expertos de la Universidad Nacional de Colombia, donde se simuló la caída de una cuerda de energía de media tensión al piso. Francisco Amortegui, ingeniero electricista y docente de la universidad, explicó los riesgos:
“Cuando eso pasa, digamos, alguna falla eléctrica y se energiza la malla que está por ahí cerca, esa bota corriente al piso y ese corriente al piso es la que puede hacer que ellos por esa tensión que pasa a través de las piernas, ya la cantidad de corriente que pudo pasar a través de la persona pues fue muy alta y ya pues hubo paro cardíaco o fibrilación”.
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Este tipo de accidentes, según los expertos, pueden evitarse con señalización adecuada, mantenimiento y monitoreo de las redes eléctricas.
Ivette también reveló que, horas antes del accidente de su hijo, otra persona había sufrido una descarga eléctrica en el mismo lugar, pero sobrevivió. Este antecedente, según la familia, demuestra que el riesgo era conocido y no se tomaron medidas para prevenir una tragedia mayor.
“¿La muerte de su hijo se pudo evitar? Claro, no había una señalización que les hubiera impedido a ellos pasar por ahí. Si había algo que les que les impidiera, mi hijo estaría aquí”, afirmó la madre.
En diciembre de 2023, los padres de Diego Alejandro decidieron demandar a Afinia, a la Alcaldía de Cartagena y a la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios. Paula Camila Jiménez, abogada de la familia, explicó el proceso legal:
“La demanda se presenta en diciembre del 2023. A la fecha estamos a espera de la primera audiencia inicial con la finalidad de que se decreten las pruebas correspondientes”.
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Jiménez señaló los argumentos jurídicos: “¿De quién es la responsabilidad por este accidente que le ocasiona la muerte al joven? Esta responsabilidad se presenta inicialmente y de manera primaria a Afinia por el incumplimiento a todas las obligaciones que tenía en cuanto a la normatividad. Se presenta responsabilidad del Distrito de Cartagena y se presenta responsabilidad de la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios”.
Séptimo Día contactó a Afinia para conocer su postura frente al caso. La empresa respondió mediante un comunicado en el que lamentó el accidente y reconoció que existe un proceso judicial en curso. “Para no interferir ni afectar el curso normal de las actuaciones, nos abstendremos de emitir declaraciones adicionales sobre el particular hasta que la autoridad judicial a cargo del proceso se pronuncie”.
La Alcaldía de Cartagena también fue consultada, pero manifestó que no emitiría ningún pronunciamiento por el momento.
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Diego Alejandro no solo era estudiante de contaduría pública, también había fundado una empresa de jugos y se proyectaba como el sucesor de su madre en una firma de contadores. “Mi hijo era, no solo mi hijo yo, los que me conocen saben que Diego Alejandro para mí era demasiado”, expresó Ivette Figueredo Enciso.
Jessica Gutiérrez, hermana mayor de Diego, también ha acompañado el proceso legal y el duelo familiar. La pérdida de Diego dejó un vacío profundo en su familia y amigos, quienes lo recuerdan como un joven alegre, trabajador y lleno de sueños.
El caso de Diego Alejandro Gutiérrez Figueredo ha puesto en evidencia los riesgos que pueden existir en zonas turísticas sin señalización adecuada y sin mantenimiento de las redes eléctricas. La familia espera que el proceso judicial avance y que se establezcan responsabilidades claras para evitar que tragedias como esta se repitan.
Mientras tanto, Ivette y su familia siguen luchando por justicia, convencidos de que la muerte de Diego pudo evitarse.