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El trágico caso de la joven comunicadora social y periodista Laura Camila Blanco, ocurrido en julio de 2025 en el noroccidente de Bogotá, dio un giro total dos meses después, cuando el dictamen de Medicina Legal reveló una verdad que desvirtuó la versión inicial de un suicidio.
La prueba forense, catalogada hoy como la "prueba reina" de la Fiscalía, concluyó que la joven de 27 años fue víctima de violencia extrema antes de caer del noveno piso de su apartamento. El hallazgo clave fue la "asfixia mixta" y la manera de muerte: “violenta, que orienta a homicidio".
El abogado de la familia, Oswaldo Medina, explicó que este resultado es fundamental, pues indica que hubo "una asfixia previo a esa caída".
Laura y su novio, Óscar Santiago Gómez, un ingeniero de sistemas de 28 años, celebraron el grado de él junto a amigos en un bar, la noche de 26 de julio, y luego algunos llegaron al apartaestudio de la periodista.
Óscar Santiago Gómez, quien se encontraba con ella en la habitación en el momento de los hechos, aseguró a las autoridades que se trató de un suicidio. Según su testimonio ante el CTI, tuvieron una "fuerte discusión con Laura" y luego ella "corrió hacia la ventana", la deslizó, subió su pie izquierdo y él no pudo alcanzarla.
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El joven, quien fue llevado a la estación de Policía tras el suceso, manifestó que su novia había indicado que "se iba a suicidar" y que él "no alcanzó a sostenerla de la ropa, cuando se lanzó al vacío".
En su declaración, Santiago aseguró que, tras verla caer, abrió la puerta y les dijo a sus amigos: "Laura se botó, Laura se botó".
Sin e mbargo, desde el primer momento, la familia de Laura Camila, liderada por sus padres Walter Blanco y Cecilia Osorio, se rehusó a creer la versión del suicidio. Para la madre, la versión de Óscar Santiago no encajaba por las condiciones de la escena, entre otras, porque el cuarto era de 3 m². El padre indicó en Séptimo Día que "era imposible lo que él (Óscar) dijo: que había corrido y se había lanzado, porque el espacio era muy reducido, era muy pequeño".
El dictamen de Medicina Legal desestimó la tesis del suicidio, transformando la investigación en un presunto feminicidio. El cuerpo de Laura Camila reveló signos de violencia física que evidencian una lucha previa.
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El médico forense Aníbal Navarro explicó que la joven fue estrangulada "antes de caer al vacío". Adicionalmente, se encontraron "unas descamaciones, o sea, un levantamiento de las uñas", comentó el abogado de la familia de la joven, Oswaldo Medina. Este hallazgo en medicina forense está descrito como una señal de que la persona "estaba consciente e intentó defenderse".
El abogado de la familia sostiene que Óscar Santiago buscó encubrir el crimen: "Él pensó seguramente que arrojando a Laura Camila moribunda por la ventana de ese apartamento iba a poder borrar esos signos de maltrato físico extremadamente violentos que le causó en el cuerpo esa madrugada".
La Fiscalía y la familia sostienen que el crimen se enmarca en un "ciclo de violencia" y maltrato psicológico y físico que Óscar Santiago había ejercido previamente.
Según Salomé Salazar, mejor amiga de Laura, y sus padres, la relación pasó "del amor al control". Las discusiones se intensificaron, supuestamente, a raíz de la desconfianza y los celos, especialmente después de que Laura recibiera un ascenso en la agencia donde ambos trabajaban.
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Testimonios revelan que Santiago revisaba el celular y el computador de Laura. Su madre relató que él la criticaba por su vestimenta, al punto de decirle que "ella se vestía como si saliera a buscar hombres". En una ocasión, cinco meses antes de la tragedia, durante una fiesta, él le dijo que se vestía "como una prostituta", lo que desencadenó agresiones verbales y físicas en las que tuvo que intervenir el hermano de la joven.
En el momento de la caída, el subintendente de la Policía Arnold David Ortiz, quien atendió el caso la madrugada del 27 de julio, reportó que había otras siete personas en el apartamento, la mayoría amigos de Santiago, que habían llegado a "rematar" la celebración.
Los testigos, quienes estaban en la sala, afirmaron que Óscar y Laura ingresaron a la habitación principal a discutir. " type="text/html" data-cms-ai="0">Algunos reconocieron haber escuchado "discusión, gritos, vulgaridades y un tono de voz alto". Sin embargo, la reacción general fue no intervenir.
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Uno de los testigos dijo ante las autoridades: "Nosotros seguimos normal porque no nos queríamos meter, eran cosas de pareja". Otra testigo reconoció que "pasaron 6 minutos y Santiago empezó a gritar “Lau se tiró, Lau se tiró”.
Otro elemento importante es una extrañeza que el subintendente Ortiz notó en la escena. Tal como lo consignó en el informe, al subir al apartamento desde el que cayó la joven, “la ventana estaba cerrada”.
Para la familia, resulta incomprensible el silencio: "Yo no puedo creer que ellos no hayan escuchado nada". Creen que la joven debió gritar, ya que "el solo instinto de defensa hace que uno grite para que alguien lo ayude".
El abogado de la familia busca esclarecer si hubo contradicciones en las declaraciones, planteando la posibilidad de que se esté hablando de "una omisión por parte de esas seis personas o si podemos estar hablando de una complicidad tendiente a encubrir lo que realizó Óscar Santiago".
Tras el dictamen de Medicina Legal, el 21 de agosto de 2025, el CTI de la Fiscalía capturó a Óscar Santiago Gómez por ser el presunto responsable de la muerte de Laura Camila Blanco.
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En una audiencia, la Fiscalía le imputó el delito de feminicidio agravado. El fiscal sostuvo que Gómez, "aprovechando su superioridad corporal procedió a estrangular y sofocarla" y luego, "manteniendo la decisión consciente de causar su muerte, la lanzó por la ventana del noveno piso".
Óscar Santiago Gómez no aceptó los cargos imputados. Actualmente, se encuentra detenido en una cárcel mientras avanza el proceso en su contra. La familia pide la "condena máxima posible por el delito de feminicidio".