
Tatiana Grueso tenía solo 22 años cuando fue asesinada por su pareja, Diego Murillo Ramírez, en presencia de su pequeño hijo de solo 5 años. El crimen ocurrió en 2015, pero años después, a Murillo le fue otorgado el beneficio de casa por cárcel y es acusado de volver a matar. Esta vez, la víctima fue Olga Lucía Peñuela Bojacá, su nueva pareja. Situación que no indignó a las familias de ambas mujeres asesinadas. Séptimo Díainvestigó.
Tatiana era una joven soñadora, madre de un niño de cinco años, que decidió darse una nueva oportunidad en el amor en 2014. Conoció a Diego Murillo y, en pocos meses, comenzaron una relación que parecía estable. Se mudaron juntos a pocas cuadras de la casa de la abuela de Tatiana.
“Ella estaba muy enamorada de él”, recuerda su madre, Olga Lucía Calderón. Pero ese amor se convirtió en una pesadilla.
El 15 de mayo de 2015, Tatiana fue asesinada. Su cuerpo fue hallado tres días después, con signos de violencia. “Tenía cortes en la espalda, los ojos metidos, el cuello como si tuviera la columna partida. Estaba llena de moretones”, relató su padre, Gustavo Adolfo Grueso, pues tuvo que reconocer el cuerpo en Medicina Legal tras el cruel hallazgo.
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El pequeño hijo reveló el asesinato
El crimen fue descubierto gracias al pequeño hijo de Tatiana. “El nieto, cuando fue a la casa de la abuelita, le dijo: ‘Abuelita, es que mi mamá lleva ya dos noches durmiendo y no se quiere despertar’. Y él dice que el que lo mandó fue el mismo asesino y se voló”, contó el padre.
La escena que encontraron fue desgarradora. Tatiana había sido asesinada en presencia de su hijo. La familia acudió de inmediato a la vivienda de la mujer donde ya se encontraban las autoridades.

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La captura y condena de Diego Murillo
Tras el crimen, Gustavo Grueso lideró una intensa búsqueda. “Movilicé grupos moteros en todo el país”, relató. Finalmente, el 22 de mayo de 2015, Murillo se entregó a las autoridades en la estación de policía de Chicoral, Tolima, al sentirse acorralado.
El 7 de septiembre del mismo año, el Juzgado 39 Penal del Circuito de Conocimiento de Bogotá lo condenó por homicidio agravado. Sin embargo, la familia nunca sintió que se hiciera justicia. “No fue una condena justa porque le dieron nomás 18 años, 3 meses, de los cuales no pagó sino como siete, ocho”, afirmó la madre de Tatiana.
El beneficio de casa por cárcel
En 2023, tras cumplir aproximadamente ocho años de su condena, Diego Murillo solicitó el beneficio de prisión domiciliaria. El 20 de noviembre de ese año, la juez Sonia Benavides Vallejo, del Juzgado Séptimo de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad de Tunja, le concedió la medida.
La familia de Tatiana nunca fue notificada. Séptimo Día consultó a la juez para conocer los motivos de su decisión de otorgarle este beneficio. Su respuesta la hizo a través de un oficio.
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“Este Juzgado Ejecutor concedió en favor del sentenciado Murillo Ramírez el sustituto de la prisión domiciliaria contenida en el artículo 38 G del Código Penal con el fin de descongestionar los centros penitenciarios”, se lee.
La juez también argumentó que Murillo fue condenado por homicidio agravado, ya que en 2015 no existía el delito de feminicidio en la legislación colombiana. Además, se le aplicaron beneficios por redención de pena: “13 meses y 27 días redimidos, pena pagada 103 meses y 15 días”, según el oficio enviado por la juez.

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Olga Lucía Peñuela: la segunda víctima
En 2024, Olga Lucía Peñueladescubrió la verdad sobre su pareja al ver un antiguo programa de Séptimo Día. Había convivido con un asesino sin saberlo. Tras conocerlo por redes sociales y enterarse que estaba privado de la libertad, él le aseguró que estaba allí por un delito menor, un hurto. Murillo recibió el beneficio de casa por cárcel y la pareja se fue a vivir junta. Dos meses después de enterarse del verdadero delito que había cometido su pareja, el 5 de diciembre, fue asesinada por él.
“Si la justicia hubiera operado a tiempo, no hubiera matado a la otra chica”, dijo la madre de Tatiana. La familia de Olga también cree que el crimen se puedo haber evitado.

“Me entero que mató a otra mujer y eso vuelve y remueve todos mis sentimientos, vuelve y empieza a llorar mi familia, mi nieto. ¿Cómo así, el tipo cómo va a estar libre?”, expresó el padre de Tatiana.
Reincidencia en la casa por cárcel: una cifra preocupante
El caso de Diego Murillo no es aislado. Según Leonardo Beltrán Rico, subdirector de la Corporación Excelencia en la Justicia, “aquellas personas que están privadas de la libertad en su domicilio, el índice de reincidencia equivale al 16.7%”.
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“¿Por qué un feminicida, alguien que mató a su expareja, tiene casa por cárcel?”, se preguntan indignados los familiares de las víctimas.