Hace poco más de un año, en marzo de 2022, seis menores de edad perdieron la vida en un accidenteque ocurrió en una carretera del departamento de Santander, mientras se desplazaban hacia sus casas en un bus escolar luego de su jornada de estudios. Otros 16 niños resultaron gravemente heridos y algunos aún enfrentan las secuelas de esa tragedia. Lo más triste de esta historia es que los niños se movilizaban en la ruta escolar que les había sido asignada ese mismo día. Según el resultado de las investigaciones, hasta ahora ese vehículo no cumplía con algunos requisitos para transportar a los estudiantes. Cuando las autoridades establecieron que el bus era viejo y que su conductor era inexperto, los padres se preguntaron ¿por qué fue contratado un vehículo en esas condiciones? Lo que descubrieron los hizo pensar que es habría sido una tragedia evitable.
La comodidad de ser transportado en una ruta escolar es algo que para el promedio de los niños colombianos pareciera ser normal, pero esto era una verdadera novedad para Camilo López, un jovencito de 14 años que vive en el Alto de San Pedro, una vereda del corregimiento Laguna de Ortices, del municipio de San Andrés, en el departamento de Santander. Un acontecimiento que también era nuevo en la rutina de 21 estudiantes campesinos de la zona que en marzo de 2022 por primera vez se montaron en un bus para ir a su colegio.
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Erin Lorena Osorio es prima de Camilo y tiene 11 años, ella también vive y estudia en Laguna de Ortices, “era la primera vez que había una buseta entonces estábamos hablando ahí entre todos”. Ellos y sus compañeros de viaje habían sido asignados al bus que cubrían las rutas escolares 6 y 7, que debía llegar hasta los lugares conocidos como El Ciral, Alto de San Pedro, Helechal, Alto del Rayo, Hato, Sabana y laguna de Ortices.
Lady Jaimes es la mamá de July Stephanie Pedraza, para ellas la ruta había sido una solución para poder compartir más tiempo juntas: “estábamos felices porque por fin iba a haber ruta y vamos a poder tener los niños con nosotros. Yo en mi caso, pues yo tenía la niña quedándose allá en La Laguna, pero el anhelo de uno siempre va a tener los hijos con uno, al lado de uno”. Antes cuando no había ruta escolar Lady solo veía su hija cada 8 días, entre el colegio y su casa hay unos 30 o 40 minutos de recorrido en carro. “Ella subía los fines de semana, ella yo la mandaba los lunes y la recogía los viernes”.
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Lo mismo le ocurrió a Rubeira Ávila y su familia. Ellos debían transportar a sus cinco hijos en una moto, así que debían hacer varios viajes para llevarlos a todos al colegio. “Ese día todos los papás estamos felices, porque claro, ya hay transporte, pues el transporte los recoge y ya uno puede echarles el desayuno a los animales y hacer muchas cosas”. Fanny Jaimes, la mamá de Esneider Mauricio Jeréz y de otras dos niñas también colegialas, compartía la misma alegría. "Estaban felices por la ruta porque ya no les tocaba echar pata, tenían que caminar como media hora".
Ir al colegio en un bus escolar, la novedad que solo duró un día, pero que los marcó para toda la vida.
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