Al pensar en los cinturones de castidad es difícil no traer a la mente en los obsoletos aparatos usados antiguamente para evitar que las parejas pudieran tener relaciones sexuales con otros.
No obstante, estos aparatos también han evolucionado a la inteligencia artificial y ahora son usados como juguete sexual, especialmente en los seguidores del sadomasoquismo.
Uno de los artilugios en estas prácticas sexuales es el cinturón de castidad que se puede controlar por medio de una aplicación instalada en el celular. Qiui es una empresa con sede en Chinadedicada a la fabricación de estos.
En su línea maneja el Cellmate, que recientemente sufrió un ataque de seguridad. El ciberdelincuente hackeó la aplicación, bloqueó varios de los aparatos y está exigiendo dinero como rescate para liberarlo.
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Una de las víctimas señaló al medio Motherboard que la presentación del pirata es “tu pene es mío ahora”. Más adelante les dice que deben pagarle 0.02 bitcoines(unos 570 euros) para desbloquear el cinturón de castidad, explicó Vice.
No hay lío si el juguete sexual está guardado en un armario o escondido en un cajón personal, pero ¿qué pasaría si alguien lo tuviera puesto en el momento del hackeo? Afortunadamente aún no se ha reportado algún hecho similar.
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En 2020 se conocieron quejas sobre los fallos de funcionamiento que tenía el cinturón de castidad y su aplicación. Un hombre contó en ese momento que por tres días tuvo bloqueado el aparato cuando lo estaba usando.
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