Hace 66 millones de años, un enorme objeto celeste cayó ante la costa de lo que hoy es México , provocando un catastrófico "invierno de impacto" que acabó con las tres cuartas partes de la vida en la Tierra, incluidos los dinosaurios.
Un par de astrónomos de la Universidad de Harvard dicen que han resuelto misterios de larga data que rodean la naturaleza y el origen del impacto que generó el cráter Chicxulub.
Su análisis sugiere que fue un cometa originado en una región de escombros helados en el borde del sistema solar y que Júpiter fue responsable de que se estrellara en la Tierra. Además, que se pueden esperar impactos similares cada 250 o 750 millones de años.
El estudio, publicado esta semana en la revista Scientific Reports, rechaza una antigua teoría que sostiene que ese objeto era un fragmento de uno de los miles de asteroides que forman el llamado Cinturón Principal de nuestro sistema solar.
Publicidad
"Júpiter es muy importante porque es el planeta de mayor masa de nuestro sistema solar", dijo a la AFP, Amir Siraj, uno de los autores del estudio.
Júpiter terminó siendo una suerte de "máquina de pinball" que "impulsa esos cometas de período largo a órbitas que los acercan al Sol", explicó.
Publicidad
Los llamados "cometas de período largo" llegan de la de la nube Oort; una suerte de gigantesca corteza esférica que rodea al sistema solar como una burbuja. Está formada por escombros helados del tamaño de montañas o más.
Los cometas de largo período tardan unos 200 años en hacer una órbita al sol y son también llamados "rasantes del Sol" (sungrazers) por lo cerca del astro que pasan.
Debido a que provienen de los confines más helados del sistema solar, los cometas son más gélidos que los asteroides y se caracterizan por los impresionantes rastros de gas y polvo que producen al derretirse.
Sin embargo, dijo Siraj, el efecto de evaporación provocado por el calor solar en ese tipo de cometas no es nada en comparación con las mareas masivas que experimentan cuando uno de sus lados está ante el Sol.
Publicidad
"Como resultado, esos cometas experimentan una fuerza de marea tan grande que el mayor de ellos se rompería en miles de pedazos, cada uno de ellos tan grande como para producir un impacto del tamaño de Chicxulub o un evento capaz de matar dinosaurios en la Tierra", dijo.
Siraj y el coautor del estudio Avi Loeb desarrollaron un modelo estadístico que mostró la probabilidad de que cometas de período largo puedan impactar en la Tierra que es consistente con la edad del cráter de Chicxulub y otros impactos similares.
Publicidad