Las ciudades del futuro están cerca de experimentar una transformación en la forma como se gestiona el tráfico: la incorporación de una cuarta luz en los semáforos, de color blanco, la cual promete optimizar el flujo vehicular, reducir el tiempo de espera tanto para conductores como para peatones y disminuir significativamente el consumo de combustible.
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¿Cómo funcionaría la luz blanca en los semáforos?
La luz blanca forma parte de un concepto innovador llamado ‘fase blanca’, que aprovecha la comunicación inalámbrica entre vehículos autónomos (AVs) y las señales de tráfico. Es decir, cuando un número suficiente de automóviles AVs se acercan a un cruce, esta nueva luz se activa, indicándole a aquellos que no son automatizados que sigan sus movimientos.
Los estudios realizados por investigadores de la Universidad Estatal de Carolina del Norte han demostrado resultados prometedores. La implementación de la fase blanca, incluso con una baja presencia de AVs, reduce los retrasos en las intersecciones hasta en un 10%.
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Además de mejorar el flujo vehicular, la fase blanca también beneficia a los peatones. Al incluir parámetros de tráfico peatonal en los modelos de optimización, los investigadores han constatado que la eficiencia del tráfico mejora para todos los usuarios de la vía.
Si bien la adopción a gran escala de estas tecnologías aún no es inmediata, los investigadores están trabajando arduamente para garantizar que su implementación sea segura y efectiva. Se están desarrollando bancos de pruebas físicos para experimentar con el concepto en entornos reales y se están forjando alianzas con socios de la industria e investigación para avanzar en estas tecnologías.