Edinson Castellanos Mendoza es un cabo retirado del Ejército quien podría considerarse un milagro de vida. En octubre de 2010, unos explosivos que les fueron incautados a las FARC le explotaron y el perdió un ojo, el colon, el brazo izquierdo y tres dedos de su mano derecha.
"Y pues me entregaron la caja en la que iban los explosivos, cuando yo fui a mirar qué tenía esa caja detonó en mis manos", señala.
Como si eso hubiese sido poco, ha sido discriminando en múltiples ocasiones por su condición de discapacidad. Incluso por las autoridades de tránsito, que lo sancionaron con dos comparendos, que ya habrían caducado, pero que le siguen cobrando.
"El año pasado yo miré el sistema y aparecía el comparendo, pero a mí ninguno de los dos comparendos me lo han notificado en mi casa", explica.
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Según él, jamás le notificaron estas multas y cuando fue a actualizar sus datos para hacer un acuerdo de pago, tampoco lo pude hacer porque debía colocar sus huellas…algo que es imposible para él.
"Voy a llevar los documentos y en el momento de pasar las huellas pasa lo que siempre, que no que mi cuenta está bloqueada".
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La Secretaría de Movilidad asumió el caso y se comprometió a capacitar a sus funcionarios en facilitar la identificación de los usuarios mediante fotografía y no obligatoriamente a través de huella dactilar e igualmente a llegar a un acuerdo de pago con el cabo Castellanos.