Así lo aseguró Guillermo Jaramillo, mandatario de la capital tolimense, y anunció que su administración asumirá defensa de menores en condición de discapacidad.
A los diez capturados, entre los que se encuentran los directores de la fundación Peces Vivos, psicólogos y auxiliares de enfermería, les serán imputados los delitos de tortura agravada en concurso homogéneo y sucesivo, concierto para delinquir y ocultamiento, alteración o destrucción de elementos de material probatorio.
Los gritos de once menores llevaron a una persona a denunciar el aberrante caso. Tras tener conocimiento, las autoridades iniciaron un seguimiento que se extendió por seis meses.
“Se estaba aplicando un supuesto protocolo llamado contenciones, y ese protocolo consistía en infringir situaciones aberrantes que hacían sufrir a los niños”, detalló el director de la Fiscalía de Tolima, Róbinson Chaverra.
“Les hacían la mascarilla, que consistía en regarles en su cara sopa caliente y luego quitárselas mientras ellos estaban amarrados de pies y manos”, agregó.
A los niños, según constataron autoridades, también les suministraban sedantes que no estaban formulados.
La Policía y el CTI hizo un seguimiento de seis meses a las personas que dirigían y trabajaban en la fundación Peces Vivos.
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Updated: octubre 24, 2017 05:52 p. m.