De humilde polvorero de barrio a ser el mayor distribuidor de explosivos para los más sanguinarios grupos terroristas colombianos, esa es la historia de alias Darling, quien fue detenido y es señalado de ser el principal socio de un poderoso empresario de los juegos pirotécnicos en Colombia. Noticias Caracol conoció detalles del impactante operativo.
Una caja llena de explosivos tenía como destino llegar a las manos de grupos ilegales en departamentos como Caquetá, Huila, Medellín, Tolima y Santander. “Es clorhidrato de potasio que se distribuía a diestra y siniestra”, indicó un agente de la Dijín.
Para mover el explosivo, los integrantes de la banda criminal utilizaron empresas transportadoras que, según los investigadores, no conocían lo que estaban llevando. Un desconocimiento que pudo causar una tragedia.
“Tan sólo 20 gramos de esta sustancia al tener contacto con el fuego genera una reacción bastante explosiva”, agregó el uniformado.
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La banda movía cerca de 500 kilos de este explosivo cada mes. El mismo componente fue hallado en un allanamiento contra encapuchados que atacaron a un policía en la Universidad Nacional. El uniformado permanece hospitalizado.
El explosivo era comprado de manera aparentemente legal en China por un empresario que luego lo vendía a alias Darling, un hombre que era vendedor ambulante de pólvora y quien terminó convertido en distribuidor de este producto a todas las bandas como el Clan del Golfo, las disidencias de las FARC y el ELN.
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“Por medio de una empresa legalmente constituida, denominada Pirotecnia Hoffman. Esta llegaba a los puntos de almacenamiento con el fin de elaborar juegos pirotécnicos y todo lo que tiene que ver con espectáculos. Una vez que llegaban a las sucursales eran desviadas para la venta ilegal”, dijo el agente de la Dijín.
La investigación llevó a la Policía a una bodega ubicada en el centro de la capital, donde incautaron cerca de una tonelada de explosivos, listos para distribuir a grupos armados ilegales.
“Lo que más llama la atención es la manera irresponsable de cómo se almacenaban las sustancias en las bodegas, de manera indiscriminada y sin ningún tipo de seguridad, poniendo en riesgo a la ciudadanía”, señaló el general José Luis Ramírez, director de la Dijín.
La operación permitió incautar casi dos toneladas de explosivos y capturar al empresario, al jefe y a siete integrantes de la red.