Ante JEP y víctimas, coronel (r) reconoció que forzó a subalternos para cometer falsos positivos

Por primera vez, varios oficiales retirados del Ejército de Colombia aceptaron públicamente su papel como máximos responsables de falsos positivos. Uno de ellos señaló las presiones ejercidas por el general Mario Montoya, entonces comandante del Ejército.

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Desde un auditorio en Ocaña, Norte de Santander, seis militares retirados, entre ellos, dos coroneles, entregaron sus declaraciones ante la Jurisdicción Especial para la Paz y en presencia de las víctimas.

El coronel retirado Rubén Darío Castro, quien comandó la Brigada Móvil 15, contó que presionó a sus subalternos para que generaran falsas bajas en combate.

"Existía una banda criminal al interior de la brigada, de la cual tuve conocimiento, la cual no denuncié ni investigué, la cual fue creada con el único fin de incrementar los resultados operacionales", aseguró.

El coronel Castro señaló que esas presiones, a su vez, las recibía del mismo comandante del Ejército.

"Continué ejerciendo en mis hombres, bajo mi mando, estas políticas del comandante del Ejército para la época, general Mario Montoya, de mostrar a como diera lugar resultados operacionales, exigiendo a todo momento por los diferentes medios, no solo radiales, sino reuniones de los comandantes de batallón y comparando los resultados operacionales de todas estas unidades", anotó.

También, el coronel retirado Rubén Darío Castro contó cómo funcionaban los perversos incentivos de los falsos positivos.

"Como motivación, felicitaba y daba permisos y reconocimientos o condecoraciones a aquellas personas que se destacaran por estos resultados operacionales que eran totalmente falsos”, sostuvo.

Uno de los momentos álgidos de la audiencia fue la intervención del capitán retirado Daladier Rivera. De frente, le pidió perdón a Villamir Rodríguez, un sobreviviente de falsos positivos. El oficial participó en el montaje para intentar matarlo.

"Quiero reconocer en audiencia pública y limpiar su nombre en su totalidad. Vengo acá a limpiar su nombre porque yo soy responsable de que usted, después de estos hechos tan atroces que acaba de narrar, estuviera detenido por un tiempo. Yo elaboré unos falsos documentos de inteligencia, los cuales los puse a disposición de la Fiscalía", afirmó.

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El cabo Néstor Gutiérrez Salazar, por su parte, fue uno de los que directamente cometió los asesinatos de los inocentes y también elaboró una lista para que otros militares los mataran.

"Les arrebaté la ilusión a sus hijos, les desgarré el corazón a sus madres, por una presión, por unos falsos resultados, por tener contento a un gobierno", aseguró.

El cabo incluso se refirió al caso de Javier Peñuela, cuya hermana estaba sentada al frente escuchando a Salazar, y contó cómo participó en el asesinato de su familiar.

“Javier Peñuela, el hermano de la señora Sandra, un campesino que se levantaba de 5 a. m. a trabajar hasta 5 p. m. y el pecado de este campesino fue ir con un dolor de muela a buscar que se la sacaran. Ya María Eugenia Ballena lo había incluido en la lista que yo lo había hecho", dijo.

Sandra Barbosa, la hermana de Javier Peñuela, acababa de hablar en ese mismo atril minutos antes.

“Mi hermano Javier Peñuela fue un hombre sacado de una tienda, secuestrado, torturado, robado de su casa, porque fueron a su casa a robar… Necesitamos que Colombia limpie ese buen nombre”, indicó.

La audiencia continuará este miércoles, 27 de abril de 2022, cuando se espera la intervención del general retirado Paulino Coronado, quien también ha aceptado su responsabilidad por estos crímenes.