La Iglesia católica aseguró que el abandono del Estado es el motor que mueve la violencia en Buenaventura . Desde la Gobernación del Valle del Cauca pidieron la militarización del puerto ante los graves casos de hostilidades que se han registrado en las últimas horas.
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“Esa acción del Estado tiene que ser por una parte de contundencia en todos los sentidos, el militar, social, económico, pero también intervención de las zonas en las que no existen las condiciones mínimas para desarrollar la actividad social y comunitaria, sistema de salud, convivencia, empleo. Necesitamos una intervención integral”, manifestó monseñor Rubén Darío Jaramillo, obispo de Buenaventura.
Entretanto, el Gobierno nacional no descarta la posibilidad de una militarización en Buenaventura.
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“El hecho de que existieran eventualmente acuerdos entre bandas no significa que son acuerdos con la fuerza pública para que deje de cumplir con su actividad constitucional. Que haya pactos entre bandos no significa, por ejemplo, que no se ejecuten las órdenes de captura”, aseguró Iván Velásquez, ministro de Defensa.
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Los sectores gastronómicos, turismo y comercial plantean que la situación se complica tras el cierre de unos 190 establecimientos y el robo de otros 52. Ellos estarían del lado de la militarización.
“Aquí son muchas organizaciones de base que llevan dándole frente a esa situación, que están haciendo procesos sociales, que dan futuros suelos a estos jóvenes para que crean y entiendan que hay una vida más allá de la guerra”, sostuvo María Isabel Ulloa, directora del Propacífico.
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Sobre la presencia de esos grupos armados, según Víctor Vidal, alcalde de Buenaventura, ya se están desplegando acciones para dar con sus ubicaciones.
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“La ciudad no se paralizó ni se ha paralizado. La junta pública está trabajando. Hay muchas personas colaborando con información y eso está bien”, sostuvo el mandatario.
Las autoridades, usando volantes, buscan que la comunidad denuncie a las personas que causaron pánico y zozobra con estas amenazas.